La narración ha sido una parte importante de la vida familiar a través de los siglos. La intimidad que se logra al contar un cuento favorece la transmisión de valores morales, éticos, estéticos y culturales. La tradición oral, el folclore infantil es materia viva, palpitante, inacabada... Nos remitimos a ella, ya que ha sobrevivido a través de los siglos. Recuperamos con ella nuestra herencia cultural.
La narración oral favorece varios aspectos en la crianza:
El PASAJE DE VALORES: La narración de cuentos es una forma de decir, sin decir. Los cuentos sirven para instruir, reprender, consolar, alegrar, sanar y sobre todo para dejar "volar la imaginación".
CONTRIBUYE AL DESARROLLO EMOCIONAL : Es la palabra, el ritmo, el afecto, el nexo revelador infancia-juego, poesía-cuento. El bebé, después será el niño; se sumerge en la palabra y en su poder de convocar imágenes primordiales.
CREA UN ESPECIAL MOMENTO DE INTIMIDAD: Hay una magia especial en el instante de compartir un cuento. El bebé, el niño pequeño se acurruca en los brazos de la mamá y los dos se dejan llevar por esa ilusión del HABIA UNA VEZ... Contar un cuento es un regalo de tiempo, energía y cuidado. Es dar AMOR Y TIEMPO.
DESARROLLA LA IMAGINACIÓN: Las palabras son “resonadores” que quedan en el inconsciente, entretejen imágenes que nos van a acompañar por siempre.
REFINAMIENTO DE LA SENSIBILIDAD Y EXPANSIÓN DEL VOCABULARIO: En el archivo de nuestra memoria yacen escondidas las presencias, los gestos y las voces narradoras que serán después nuestra propia voz. Este es el milagro de la tradición oral, que le permite al bebé y al niño incorporar historias que lo ayudarán a estructurar su pensamiento y desarrollar la comunicación oral. Esto es posible porque desde antes de nacer, el bebé desarrolla la escucha y su sensibilidad para la palabra, la música y el arte. Los primeros cuentos le brindarán seguridad, tranquilidad y afecto.
Siempre que sea posible tomar unos minutos para contar un cuento a nuestro hijo o nieto, estaremos fomentando un vínculo de amor, inteligencia y afecto a través de la tradición oral.
¿Cómo elegir un cuento?
En los primeros momentos de la crianza, es conveniente elegir cuentos con los cuales el niño se pueda identificar y cuya duración no supere los 20 minutos, ya que de otro modo es difícil sostener la atención de los pequeños lectores. Cada mamá o papá debe leer previamente el libro elegido para ver si coinciden con la ideología subyacente al mismo y si - conociendo a su hijo- el tema puede ser de interés para él. Sin acudir a ninguna técnica en particular, es bueno gesticular, cambiar las voces según los personajes y ser especialmente expresivo durante la lectura de un cuento, para atrapar la atención del niño.
Son recomendables aquellos libros que toquen la temática de:
- el cuerpo y sus cambios.
- la vida familiar y las acciones cotidianas que se desarrollan en una casa.
- los animalitos (de la selva, la granja, las mascotas: qué comen, cómo son, qué sonidos producen).
- los cambios que va viviendo el niño: desde dejar la mamadera y el chupete, a tener un hermanito, mudarse de casa, despedirse de sus papás diariamente porque ellos trabajan, funciones corporales como dejar el pañal y pasar a la pelela y todos aquellos temas que despiertan la curiosidad infantil de modo natural.
Es ideal que los libros elegidos posean ilustraciones llamativas y tengan un formato "duro" que soporte que el bebé los toque sin riesgo de lastimarse.
Listado de algunas editoriales que cuentan con una división de libros infantiles:
Otros conceptos que completan el tema:
Contar es volar, es compartir sueños, es abrir el alma. Como bien decía González Tuñón:
"El niño soñando está.
¿Y que sueño está soñando?
¡El niño sueña que vuela!
¡Qué bien se vuela soñando!"
El primer camino para relacionar a los niños pequeños o al bebé con los cuentos es cantarles, por eso dentro de los primeros “cuentos” están el : ACUNAR, BALANCEAR, COLUMPIAR, REBOTAR, JUEGOS CON LAS MANOS, DE COSQUILLAS, CUENTOS SIN FIN.
ACUNAR:
Movimiento escencial de calma y seguridad entrañable. Sabiduría del amor…
"Señora Santa Ana, por qué llora el niño,
Por una manzana que se le ha perdido.
Si se le ha perdido, yo le daré dos,
Una para el niño y otra para vos".
"Este nene lindo se quiere dormir.
Y el pícaro sueño no quiere venir..."
BALANCEAR y COLUMPIAR:
"Aserrín, aserrán, los maderos de San Juan, piden pan, no le dan, piden queso le dan un hueso ¡y le cortan el pescuezo!"
REBOTAR:
"Arre caballito, vamos a Belén,
que manaña es fiesta y pasado también".
AHUYENTAR EL TEMOR:
La palabra es sanadora, cura, sirve para ahuyentar el dolor y el temor. Viejo rito de curar con saliva o con un poquito de agua, mientras decimos:
"Sana sana,culito de rana;
si no sana hoy, sanará mañana".
Día tras día, la percepción del bebé, del niño, recibe con la palabra y el tacto, la visible presencia protectora que dejará en él una huella imborrable.
JUGAR CON LAS MANOS:
"A la buena ventura, que Dios te la da, si te pica la mosquita rascalá, rascalá".
" Tin marinde,dos por tres,
Abra la manito, a ver qué es...
Pero si son sus deditos,1,2,y 3…"
"Qué linda manito que tengo yo.
De oro y de plata
Que Dios me la dio."
Y el clásico, bien conocido por todas las mamás mientras tocan los deditos de su bebé:
"Este compro un huevito,
este lo cocinó,
ete lo peló,
este lo saló,
¡y este pícaro gordo se lo comió!"
Sorprende que a través de estas historias sin ningún sentido el niño reciba variadas informaciones y emociones y que a través del movimiento de las manos realice su prolongacion hacia el espacio.
CUENTOS SIN FIN:
"Este era un gato,
con las orejas de trapo,
y la barriguita al revés.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?"