Aunque parezca mentira, lo cierto es que desde los 3 años aproximadamente, los niños ya comprenden que una moneda puede cambiarse por una golosina. Empieza aquí un tema muy interesante que a veces se traduce en situaciones conflicitvas para los padres. Los pone a prueba ya que ante los caprichos y las demandas de sus hijos deben aprender a poner límites. Un "no" a tiempo puede ser fundamental para el futuro.
Es importante que los niños comprendan que tener dinero supone un esfuerzo previo para obtenerlo, y que, por consiguiente, debe ser invertido en algo que valga la pena. El deseo por aquello que el niño quiere comprar, debe justificar el esfuerzo y empeño que se realizó para juntar la cantidad de dinero que le permite acceder al mismo.
¿Por dónde empezar?
• Educar con el ejemplo: cuando son pequeños los niños tienden a imitar las conductas de los adultos, por lo tanto, resulta útil darles el ejemplo de una sana relación con el dinero. Mostrarse medido y responsable al realizar alguna compra es una buena manera de educar.
• Mensualidad: a partir de los 6 años los niños ya son un poco más maduros y capaces de administrar pequeñas cantidades de dinero. Por eso, darle una cierta cantidad de dinero todos los meses en la misma fecha, contribuye a crear una rutina, a incentivarlos a ahorrar y a ser pacientes.
• Ahorrar en una alcancía: enseñarles que disponer del dinero no significa tener que gastarlo todo de una sola vez, sino que resulta conveniente reservar cierta cantidad para tener la posibilidad de usarlo a largo plazo. Hay alcancías muy vistosas, coloridas y simpáticas. Incluso realizar una con una lata o caja y decorarla puede ser entretenido.
• Enseñarles a ahorrar pero sin exagerar: incentivar el ahorro ayudará a que los niños, en su vida adulta, sean medidos y no derrochen el dinero. Sin embargo, es importante hacerlo sin exagerar para que luego no se sientan limitados cuando quieran gastarlo.
El dinero, los chicos y sus etapas (Revista Sophia)
• 3 a 4 años: Ya comprenden que una moneda puede cambiarse por golosinas. Saben que necesitan plata para comprar algo. Como padres, hay que ser cuidadosos y no dudar a la hora de decir "no".
• 5 a 6 años: Son muy receptivos a las enseñanzas y captan fácilmente el valor del dinero. Puede identificar monedas, aprender a contar el dinero. Se puede fomentar "miniexperiencias" vigiladas, como contar el vuelto de alguna compra.
• 5 a 7 años: entro los 6 y 7 años, los niños están preparados para manejar pequeños montos de dinero y comenzar a administrarlo, ya sea gastando, dando y/o ahorrando. Ésta es una experiencia enriquecedora, pero es fundamental que el padre controle los cambios que se dan en su hijo respecto del manejo del dinero.
• 7 a 12 años: entre los 7 y los 12 años nos encontramos en la mejor etapa para crear hábitos. Es un buen momento para que adquieran prácticas que tecnifiquen su voluntad y tolerancia. Puede ser el tiempo para la famosa "alcancía".
• 13 a 18 años: En la adolescencia el dinero cumple una función social, les permite relacionarse con otros y realizar proyectos. Con una "mensualidad" o "semanalidad", los jóvenes tienen la posibilidad de ahorrar y puede ser muy estimulante para ellos que los motivemos a hacer una buena inversión.