Muchos filósofos han querido definir el tiempo. Algunos han llegado a la sintética pero concentrada definición de que el tiempo es la vida misma de cada uno. Ni más ni menos.
El tiempo no se puede fabricar: está y se pasa. Y la relación con “libre” justamente se funde en cómo cada persona elige qué hacer con él, más si esas personas son nuestros propios hijos.
Algunas Nociones Básicas
Antes de pensar en qué hacer con los hijos, hay que plantearse cómo uno mismo lo hace rendir, cómo lo distribuye, y por sobre todas lo cosas, cómo lo disfruta. Esto es lo que se transmite a los hijos. Debe existir un tiempo propio que ellos deben respetar, y enseñar a ellos a experimentarlo y cuidarlo.
Parece difícil, pero es importante que se sientan únicos cuando nos hablan, que el mundo se para alrededor y solo existen ellos. Que sus preguntas son importantes, que compartir juntos un juego no es perder el tiempo, que mirar una flor, contemplar la naturaleza, leer un libro junto a la chimenea no es “matar el tiempo”, nos hace ser más calmos: estado que hoy, todo el mundo necesita y aspira.
Elegir usar el tiempo para el desarrollo individual y social de los valores humanos se convierte en un tiempo transformador en que se experimenta una sensación de satisfacción en donde “hice rendir el tiempo porque me hizo bien”.
Joan Batle, especialista en educación, explica que: “de la calidad del tiempo libre que se pueda ofrecer a los niños y niñas, dependerá más adelante la calidad de sus relaciones humanas, los vínculos sociales que han de establecer y, de forma clara, la capacidad de adaptación y a la vez de transformación y desarrollo de un entorno social y cultural que ha de hacer posible la diversidad y la diferencia, con más libertad, justicia y solidaridad”.
El mismo autor sigue explicando “No se trata de aumentar la oferta de actividades de tiempo libre, sino de dar sentido a la totalidad de la vida y, en consecuencia, no aislar el tiempo libre de los otros tiempos: La escuela, la familia y el tiempo libre constituyen los polos interdependientes que riman la vida de los niños y niñas y jóvenes. De esta manera, estos tres polos se han de articular de manera complementaria y convergente”
IMPORTANTE: El tiempo libre es uno de los agentes educadores más importantesademás de la familia, la escuela, la televisión y las relaciones sociales.
Funciones del Tiempo Libre:
La Educadora familiar Victoria Cardona redefine el tiempo en tres funciones:
- Tiempo de Descanso: El ocio de nuestros hijos debe ser considerado reparador de fuerzas, de descanso del estudio, así como para los adultos sería un descanso del trabajo. Aprendemos un aspecto importante del ocio, actividad relacionada con el espíritu, que se opone radicalmente al negocio (negación del ocio) y que no busca ningún provecho material.
- Tiempo de Diversión: Es necesario tener actividades diferentes de las obligaciones escolares. Han de ser libremente elegidas y han de distraer del estudio.
- Desarrollo de la Personalidad: Al ser el ocio de nuestros hijos fruto de la actividad que ellos han querido escoger (nunca debe ser impuesta), podrán ejercitar su iniciativa, creatividad, inventiva e imaginación. En las actividades en grupo, como excursiones, campamentos, juegos, etc., podrán fomentar la amistad, la lealtad, el compañerismo.
¿Cómo Educar para el Tiempo Libre?
Ya se ha explicado en notas anteriores que educar es una tarea ardua y costosa, cuyos frutos pueden ser deliciosos o amargos, pero que siempre estamos a tiempo de recomenzar. Educar para el tiempo libre es enseñar a ejercer la libertad.
Concepto particularismo que debe ser conocido primeramente muy bien por las madres; para poder orientar a sus hijos en actividades con las que disfruten, aprendan, abran nuevos campos, se relacionen, y descubran nuevas capacidades y oportunidades, todo esto de modo voluntario. Se trata de despertar el ingenio y no desembocar como en un embudo acelerado, en salir y gastar dinero cómo si fuera la única posibilidad. Hay que estar atentos al ocio consumista, que es fácil, pero no necesariamente descansa. Y muy importante es que en ese tiempo los hijos compartan tiempo con los padres, con los amigos, etc. Pero los que conocen mejor a sus hijos son lo propios padre. Cada uno sabrá que puerta golpear para que se habrá la correspondiente de cada niño.
A continuación les ofrecemos algunos ámbitos seleccionados por un especialista en esta materia para tener en cuenta y concretar buenas ideas:
- Estimulación de la Participación Social:El tiempo libre es un espacio de tiempo colectivo, de cooperación, tiempo para la práctica de la democracia: la participación y la ciudadanía, mediante la implicación de los niños y niñas y jóvenes en los asuntos sociales.
- Consolidación de la Identidad Cultural: El tiempo libre como tiempo de vivir y recrear la propia cultura y la cultura de los otros. Las posibilidades de la información, del encuentro y la interculturalidad, del descubrimiento de la lengua y de los lenguajes ricos y diversos de la expresión humana, de la música, el arte, la historia, el paisaje.
- Relaciones Personales: El tiempo libre es tiempo de amistad, de autoconocimiento, de desarrollo de la afectividad, de encontrarse con uno mismo, de descubrir las propias capacidades, de maduración de los sentimientos, de vivir en grupo y asociarse y aprovechar todas sus posibilidades: diálogo, compromiso, cooperación.
- Disfrutar de la Vida: El tiempo libre es tiempo de alegría, de disfrutar de la vida, tiempo de felicidad, de gratuidad, de diversión.
- Interiorización de los Valores Humanos: El tiempo libre es tiempo de vivir e interiorizar y experimentar la solidaridad, la libertad, la generosidad, la responsabilidad.
Nota elaborada por Gabriela Gazulla.