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Cómo prevenir enfermedades eruptivas

Cómo prevenir enfermedades eruptivas

Algunas enfermedades eruptivas virales, como la rubéola, el sarampión y la varicela, pueden prevenirse por medio de una correcta vacunación. Las demás enfermedades eruptivas sólo pueden prevenirse evitando el contacto con personas que las padecen.

Cómo prevenir enfermedades eruptivas

Las enfermedades eruptivas son las infecciones más frecuentes de la infancia. Se trata de un grupo de enfermedades infectocontagiosas que se transmiten por vía respiratoria y en algunos casos también cutánea. Se caracterizan por presentar manifestaciones en la piel (erupciones cutáneas) y síntomas generales (fiebre, catarro, prurito, malestar general) en la mayoría de los casos.

Si bien son enfermedades típicas de los niños, pueden padecerlas aquellos adultos que no las presentaron en la niñez.

Estas enfermedades pueden cursar con complicaciones, siendo estas más frecuentes en el adulto. En la mujer embarazada existe el riesgo de transmisión de la enfermedad al bebé con consecuencias que pueden ser muy graves.

Las enfermedades eruptivas más comunes en la infancia son: escarlatina, quinta enfermedad (o eritema infeccioso), rubéola, sarampión, sexta enfermedad (o exantema súbito) y varicela. La mayoría son producidas por virus, salvo la escarlatina cuyo origen es bacteriano. A excepción de la sexta enfermedad, que se presenta casi exclusivamente entre los 6 y 24 meses de vida, todas poseen una marcada estacionalidad, encontrándose con mayor frecuencia cuando finaliza el invierno y a comienzos de la primavera.

Algunas características de las enfermedades

Escarlatina: Enfermedad bacteriana. La erupción es producida por la toxina del Estreptococo, que generalmente se produce durante la evolución de una faringitis pultácea. Se trata de un exantema típico rojo escarlata que aparece primero en la región  axilar, ingles y cuello, y luego se generaliza a todo el cuerpo. Se caracteriza por ser un exantema áspero “piel en rallador”. Su tratamiento se realiza mediante la administración de antibiótico.

Quinta enfermedad: Enfermedad producida por un virus denominado Parvovirus Humano B19, también conocida como eritema infeccioso. La erupción se inicia en las mejillas dando un signo característico llamado “de la cachetada” (el intenso eritema hace que el niño parezca haber recibido una bofetada); luego se propaga al tórax y a las extremidades como exantema en “tela de encaje” y se desvanece en forma gradual. Puede aparecer y desaparecer varias veces, aumenta con la exposición al sol o calor intenso. No suele traer complicaciones al niño que la padece. Es, en cambio, muy riesgosa en el embarazo, puesto que puede traer graves afecciones al bebé. La mejor forma de prevenirla es evitando el contacto del niño brotado.

Rubéola: Enfermedad infectocontagiosa causada por un virus. Presenta una erupción de color rosado que comienza en la cara y se extiende al tronco y extremidades. Si bien en el niño cursa sin mayores complicaciones, es  el adulto el que puede sufrir dolores articulares. El mayor riesgo existe en la mujer embarazada, quien con la transmisión del virus al bebé puede causar la rubéola congénita con graves afecciones como ceguera, sordera, retraso madurativo.

Sarampión: Enfermedad causada por un  virus. La erupción comienza por la cabeza y se distribuye hacia los pies. Las lesiones pueden presentar cierta elevación y son de color rojizo. Siempre coexiste con fiebre, conjuntivitis y catarro. Se trata de una enfermedad que puede ser de extrema gravedad, con afección respiratoria, que  puede requerir internación y cuidados intensivos.

Sexta enfermedad: Enfermedad  producida por el Herpes Virus Humano 6, también denominada exantema súbito. La  erupción aparece  primero en el tronco y se extiende a brazos, cuello y espalda. Ocurre generalmente en los primeros meses de vida y típicamente aparece el exantema cuando desaparece la fiebre. 

Varicela: Enfermedad de origen viral. Se caracteriza por la aparición de brotes sucesivos de vesículas (ampollas pequeñas) típicas en piel y mucosas muy pruriginosas. La erupción se inicia como pequeñas pápulas rojas que evolucionan rápidamente a vesículas con contenido líquido claro, que luego se rompen y forman costras. Se trata de una enfermedad altamente contagiosa, llegando a casi el 90 % en el caso de familiares y convivientes susceptibles. Dicha enfermedad contagia desde días previos a la aparición del exantema (fase catarral) y mientras duren la vesículas con contenido líquido. Cuando todas las lesiones están costrosas y secas ya no contagia.

Forma de prevención:

Algunas de estas enfermedades eruptivas virales como la rubéola, el sarampión y la varicela, pueden prevenirse mediante una correcta vacunación. Las demás enfermedades eruptivas sólo pueden prevenirse evitando el contacto con personas que las padecen.

Dentro del grupo de inmunizaciones obligatorias, en 1997 se incluyó la vacuna Triple Viral al Calendario Nacional, que previene sarampión, paperas y rubéola. Se indica al año de vida y un refuerzo a los 6 años, en el ingreso escolar. Está indicada en toda mujer en edad fértil que no tenga constatadas 2 dosis previas de dicha vacuna, con el fin de prevenir el Síndrome de rubéola congénita.

En el calendario ampliado de vacunas, se encuentra la vacuna de Varicela también indicada a partir del año de vida. Su aplicación contribuye a prevenir la aparición de esta enfermedad y protege de las formas graves.

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