Un bebé que se mueve es un bebé sano; es signo de salud cuando los chicos exploran, juegan, investigan y van en búsqueda de aquello que quieren por sí mismos o incentivados por aquellos que los cuidan.
La pregunta que nos podemos hacer es: ¿de qué manera realizan las actividades anteriormente mencionadas, entre otras?. La forma que los niños tienen de acercarse a aquello que desean va variando de acuerdo a su edad. En un principio se estiran hacia lo que quieren, más adelante entre los 6 y los 10 meses empiezan a gatear. Sin embargo no todos lo hacen, y algunos niños no lo logran de la manera que convencionalmente se espera que lo hagan. Se pueden arrastrar sobre su estómago, o bien prefieren trasladarse de cola, mientras que otros se saltean este paso, directamente se paran y caminan.
Podemos pensar al desarrollo evolutivo como una escalera, cada etapa o escalón posee sus propias características, razón por la que es necesario alcanzar determinadas habilidades antes de acceder al próximo escalón. Con respecto al gateo podemos decir que aparecerá luego que el bebé pueda sentarse sin necesitar un soporte donde apoyarse. Como quedó anteriormente expuesto, la mayoría lo hace entre los 6 y los 10 meses. A partir de aquí los niños logran mantener la cabeza erguida para mirar y sus brazos, piernas y músculos de la espalda son lo suficientemente fuertes para lograr gatear y no caerse en su intento.
Durante los próximos meses el bebé irá aprendiendo a moverse, pasará de estar sentado a ubicarse en “cuatro patas”, con seguridad y confianza. Si esto es acompañado por apoyo y “aplausos” de los adultos significativos que lo rodean, en muy poco tiempo es probable que el bebé logre balancearse de atrás hacia delante y así empezar a trasladarse, logrando el tan esperado gateo.
Una vez que ha dado este gran paso, el gateo irá evolucionando hasta lograr caminar. En un principio comenzará a pararse buscando apoyo en mesas, sillas, objetos variados, hasta las mismas piernas de los adultos que lo rodean, entre otros. Estos harán las veces de sostén hasta que se sienta lo suficientemente seguro para dar sus primeros pasos sin la necesidad de asirse de nada ni nadie. Esto le otorgará una gran movilidad y de su mano una enorme independencia.
Una de las cosas que más influye en la vida de los pequeños son las acciones y reacciones no premeditadas de aquellas personas que son cercanas a ellos. Los bebés absorben todo aquellos que sucede a su alrededor, es por eso que es fundamental para su desarrollo que cada vez que comiencen a intentar realizar algo nuevo, sean animados y aunque a ustedes los asuste, es conveniente demostrarles seguridad, ya que ellos fácilmente perciben sus estados de ánimo, y si pierden la confianza dejarán de intentar o explorar aquellas nuevos escenarios que se le presenten.
No por ello hay que olvidar que cuando comienzan a gatear o caminar lo hacen a una velocidad mucho mayor a lo que uno cree, razón por la cuál hay que ser precavido y estar atento para evitar percances en escaleras, desniveles o pisos resbaladizos.
¿Cuándo es necesario consultar?
Como establecimos anteriormente los bebés en movimiento son bebés sanos. Sin embargo, es importante estar atentos a los niños que permanentemente se golpean o más aún a aquellos que evitan moverse o explorar por más necesidades que tengan. Es aquí donde se sugiere la consulta con su pediatra. De acuerdo a lo que vea en su observación clínica realizará o no una derivación pertinente.