Los movimientos de la madre facilitan que el feto rote y se posicione y así avanzar en el canal del parto. Al bebé le resulta más fácil rotar en posición vertical, sobre una fracción de su cabeza, que en posición horizontal, porque está en contra de la fuerza de gravedad.
El parto en el que la mujer es libre para moverse y caminar durante las fases de dilatación y expulsión resulta más corto y causa menos alteraciones del ritmo cardíaco fetal y menos moldeamientos del cráneo del feto. El tiempo de dilatación de 4 a 10 centímetros en el caso del parto horizontal es un 50% más largo.
En la postura vertical, y sobre todo en cuclillas, los músculos que rodean la vagina se abren y de esta manera acorta el canal vaginal. La posición horizontal disminuye la circulación de la sangre en el resto del cuerpo. Un simple cambio de postura, por ejemplo, ponerse de costado, es suficiente para mejorar la circulación.
En la posición vertical, este problema no sucede, sino todo lo contrario. Al poder moverse libremente, la mujer tiende a adoptar la posición que menos entorpece la circulación.
Fuente: Partos Alternativos