En los primeros años de vida, los niños conocen a través de sus sentidos. Tocan, huelen y se llevan todo a la boca. Al alcanzar los tres años, adquieren una mayor capacidad para simbolizar objetos o situaciones por medio del lenguaje.
A este razonamiento se lo llama intuitivo. Los niños clasifican y establecen relaciones sin poder explicar las razones por las que llega a sus conclusiones. Por ejemplo, concluyen que son más pequeños que sus papás pero más grande que el perro.
Sin embargo, existen rasgos de su manera de razonar que todavía deben pulirse. No son capaces de ponerse en el lugar de los otros y no pueden diferenciar su punto de vista con el de otras personas.
Quizás sus padres le advirtieron que no debe pegarle a sus compañeritos de jardín, pero puede que lo vuelva a hacer. Sabe que lo regañarán pero no entiende porqué. Además, suelen recurrir a mentiras para que nadie se de cuenta cuando hacen algo mal. Tampoco distinguen bien la realidad de la fantasía y usan su gran imaginación para distorsionar lo real.
La etapa de los porqués
Los niños de tres años empiezan a demostrar interés por entender las cosas. Quieren entender lo que sucede, comprender lo que les rodea. En este momento de sus vidas es muy importante su relación con el ambiente.
Los tres años es cuando comienzan los famosos porqués: ¿por qué mamá se puede pintar las uñas y yo no?; ¿por qué el perro tiene cola?; ¿por qué papá no vive en casa?
Las preguntas varían desde lo inocente y simple hasta lo retorcido y difícil de contestar. Las respuestas de los padres son clave en esta etapa. Lo mejor es tomar las preguntas con calma y naturalidad, si los padres se enredan, la situación se complica más.
Las respuestas
Deben ser breves y con un lenguaje simple. Los niños esperan solucionar sus dudas, no hay que originarles más preguntas con las respuestas. No hay que abrumarlos con explicaciones que los confundan.
Lo que no se pueda responder, se pospondrá para otro momento, pero jamás se les debe mentir u ocultar las cosas. Los niños lo perciben y, aunque a veces en niveles inconscientes, se dan cuenta de lo que pasa. Mentirles sólo trae problemas a largo plazo.
Además, los chicos aprenden por la repetición, por lo que es muy probable que algunas preguntas las repitan hasta el cansancio. Por sobretodo, es importante mantener la paciencia.
Cuadro: Guía práctica para padres
Fuentes:
Cómo estimular la inteligencia de sus hijos - Reader's digest
Guía práctica para padres. Una herramienta valiosa para la familia y los educadores.