La intervención puede realizarse diariamente o varias veces al día si la mamá o el papá lo desean. Está comprobado que estabiliza la temperatura de los bebés mucho mejor que las incubadoras, les ayuda en su crecimiento y desarrollo, reduce el tiempo de hospitalización y aumenta el vínculo madre/ padre/hijo.
¿Por qué contacto piel a piel?
Las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales son indispensables para el cuidado de recién nacidos de muy bajo peso al nacer pero conllevan situaciones desfavorables para su desarrollo neurológico y afectivo, dado la exposición a diversos estímulos durante internaciones prolongadas y a la precoz separación de su grupo familiar. Por tal motivo es necesario implementar prácticas que estimulen y protejan al recién nacido y su familia. El ingreso irrestricto de padres, residencia para madres, visita de hermanos, visita de abuelos y el contacto piel a piel durante la internación del bebé en las UCIN brindan a las familias beneficios de carácter afectivo y psicológico. En las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales los médicos y enfermeras, responsables de la atención de los niños, invitan a los padres a participar en el cuidado de sus hijos facilitándoles así cumplir su rol de padres. A través del conocimiento y aprendizaje diario actúan directamente en la atención de sus hijos logrando una atención individualizada de cada niño y la humanización de la atención neonatal. La técnica del contacto piel a piel se basa en potenciar el contacto entre la madre y su bebé recién nacido para proporcionarle el calor, alimento y apoyo emocional necesario para su desarrollo. Está demostrado que la temperatura corporal de la madre asciende según la necesidad de bebé al igual que la incubadora.
Se postulan dos propósitos del COPAP:
facilitar la estabilidad fisiológica, el desarrollo madurativo y el crecimiento socio-emocional del bebé.
• brindar mayor confianza a los padres en el cuidado de sus hijos, favoreciendo el vínculo madre/padre/hijo.
Beneficios para la madre
Durante el contacto piel a piel la succión de la aréola mamaria estimula la secreción de dos hormonas: la ocitocina y la prolactina. La ocitocina produce disminución del estrés e inicio de los sentimientos maternales. Las mamás sufren menos depresión después del parto, sienten mayor seguridad y confianza en sí mismas, sonríen más a sus hijos, los abrazan, acarician y consuelan más. Esto permite establecer las bases afectivas del vínculo madre/hijo. La prolactina estimula la iniciación y mantenimiento de la lactancia porque aumenta la producción de leche en las madres y el bebé aprende antes a succionar el pecho, ya que durante la realización del método el niño explora, huele, busca y encuentra el pezón. No debe olvidarse que la leche materna es la mejor opción para alimentar a un bebé ya que, además de nutrir, le brinda protección frente a nfecciones, y su composición varía continuamente en función de las necesidades de crecimiento del bebé, adaptándose para proporcionarle el mejor desarrollo en cada etapa.
Beneficios para el bebé
El contacto piel a piel sobre el pecho materno permite al recién nacido prematuro experimentar estímulos táctiles, auditivos y propioceptivos. Mejora todos los parámetros fisiológicos del RN: las frecuencias respiratoria y cardíaca se estabilizan; se observa menor necesidad de oxigenoterapia; ganancia de peso más adecuada; mejor control de la temperatura y una importante disminución de los episodios de pausas respiratorias Está comprobado que la cercanía con la madre favorece el desarrollo del bebé, disminuyendo los niveles de cortisol, hormona relacionada con el estrés y estimulando la capacidad de calmarse por sí mismo. La estimulación auditiva es más adecuada (el bebé siente la voz de su madre), así como mayor estimulación visual, olfativa y táctil, a lo que hay que añadir la sensación de seguridad trasmitida por el contacto directo con su madre, lo que redunda en menos episodios de llanto y un mejor descanso y sueño. El contacto piel a piel entre madre-hijo también contribuye a incrementar el sueño profundo, disminuir la actividad motora y muscular, reducir el llanto del bebé, disminuir el estrés del bebé y la angustia de la madre.
¿Cuándo se realiza?
El contacto piel a piel puede incorporarse al plan diario de cuidado del recién nacido una vez que médicos y enfermeras convengan que el niño se encuentra estable fisiológicamente. En lo posible, cada turno de enfermería contará con una enfermera responsable de esta actividad que planificará junto con los padres cuándo comenzar, preferentemente en un horario donde el sector haya cumplido con la mayoría de interconsultas y exámenes complementarios respetando así la privacidad de la madre. Es importante contemplar las necesidades y el deseo de la mamá día a día, para lograr que madre/hijo se relacionen en forma satisfactoria.
¿Cómo se realiza?
La mamá debe estar cómoda, sentada en sillones o reposeras con apoya-brazos, con remera o camisa con botones para deslizar al bebé dentro de la misma. El padre también puede realizarlo si lo desea. El niño se colocará sobre el pecho de su madre sostenido con el antebrazo materno, vestido sólo con pañal y gorro de algodón, para permitir una mayor superficie de contacto, en posición vertical o semiinclinado mirando hacia la madre con las extremidades flexionadas. Es importante para la regulación de la temperatura que exista contacto directo de la piel del niño con la piel de la mamá, de esta manera la temperatura de la mamá subirá si la temperatura del bebé disminuye. La transferencia desde la incubadora a los brazos de la mamá y viceversa, se realizará suavemente, con el niño en flexión. La mamá puede efectuarlo sola si el bebé no requiere oxígeno y si no es la primera vez que realiza este procedimiento. Se recomienda que la duración de este contacto sea de una hora como mínimo, para darle al bebé tiempo de estabilizar sus parámetros fisiológicos. Las condiciones clínicas del niño, el deseo y la seguridad de los padres son las únicas limitantes en la duración del contacto piel a piel.
Mónica Brundi
Médica Neonatóloga