Los padres están ansiosos y “perdidos” al alta de su hijo de la internación en la Unidad de Cuidados Neonatales. Su bebé es un niño que requiere cuidados, quizás “diferentes”, y forma parte de una población "de riesgo". Los papás son partícipes activos en el cuidado y estimulación del neurodesarrollo, son los verdaderos “estimuladores /habilitadores” y el equipo de salud es el intérprete del comportamiento del niño, y son los encargados de las tareas habituales del cuidado de su bebé. Asimismo, éstas deben ser adecuadas y beneficiosas dentro de la rutina diaria, haciéndola fácil, cotidiana, activa y práctica: cómo se da de comer, vestir, movilizar, posicionar; adecuación del mobiliario; etc.
La díada madre-bebé comprende, primeramente a la madre, quien intenta estimular y contactarse con su hijo, relativamente pasivo y a veces no preparado para una interacción intensa. Es muy importante que la madre perciba tanto las capacidades como las debilidades de su bebé. Se orientará a la familia a respetar el ritmo de su hijo para poder percibir cuándo está listo para interaccionar y mantenerse en estado de alerta por más tiempo; o cuándo prefiere dormir sin interrupción, favoreciendo su estabilidad fisiológica.
Muchos padres se sorprenden al percibir que sus bebés son capaces de ver, oír, seguir visualmente un objeto o un rostro humano. Muchos saben todo esto teóricamente, pero es preciso “ver para creer”.
El primer año de vida es crítico por su crecimiento y desarrollo rápidos, y es de vital importancia dar a la familia consignas y pautas claras sobre los cuidados. Las indicaciones deben ser siempre individualizadas, flexibles, modificables y sensibles a variaciones del estado neuro-psico-motor dinámico del bebé, en forma específica. Se observará continuamente cómo se comporta cada bebé en cada postura y propuesta.
Higiene
Debe favorecerse el baño higiénico diario, colocando suavemente al bebé en el agua, tocando con sus manos y pies el agua. Muchos bebés prefieren estar boca abajo al bañarlos, les provoca menos vértigo, no lloran y disfrutan de ese momento.
Cuando lo bañe es conveniente hacerlo siempre en el mismo horario, antes de mamar, con movimientos suaves; con los elementos necesarios cerca. Comience a bañarlo y termine de hacerlo siempre en la misma forma, ya sea por la cabeza o los pies. Mientras recorre su cuerpo hable o cante con suavidad, mencionando las partes del mismo. Ayudará a su niño a establecer un ritmo y asociar el baño con un momento placentero.
No use cosméticos infantiles (perfumes, champús, talcos, etc.). Emplee jabones neutros y sin perfume.
Para limpiar la zona de cola y genitales, es preferible emplear agua y jabón tibio, linimento óleo-calcáreo o aceite común (de la cocina). Sus prendas deben lavarse con jabón suave y a mano y enjuagarlas con un chorrito de vinagre blanco. Si usa pañales descartables, que no sean perfumados.
Vestimenta
Las prendas deben ser livianas, de fibras suaves (algodón), que se cierren por delante. Usar cintas o botones para asegurarlas. Se desaconseja el uso de cintas tipo “Velcro”® o abrojo, ya que pueden lastimarle la piel. Los niñitos muy pequeños tienen que usar gorros de algodón, fundamentalmente en días fríos. No es conveniente sobreabrigarlos. Para dormir, bien arropados pues si se destapan no se resfriarán. La ropa debe ser holgada, es decir, que les permita moverse libremente. Los enteritos u “ositos” rápidamente les quedan cortos y llevan los pies a posturas anómalas, por lo que es conveniente usar pantalones con medias.
Salidas y paseos
Luego del alta del hospital, el niño y los papás deben adaptarse a su casa. Durante las primeras 4 a 6 semanas es conveniente que las salidas estén restringidas para los controles médicos. También es conveniente evitar viajes largos. Superada esta etapa, la vida familiar puede ser normal.
Juegos
Cuando el bebé presente períodos más regulares de alerta, disfrutará de compartir con su familia. Irá diferenciando entre día y noche, por lo que habrá que disminuir la luz y el ruido ambiente por la noche (organización del ciclo sueño-vigilia). Le interesarán los juguetes de colores brillantes, o negro-blanco, respondiendo mejor a las formas redondeadas. Le atraen los rostros humanos de frente: con dos ojos grandes y una boca. Fija mejor la mirada si el objeto o las personas se encuentran y a la altura de sus ojos, entre 30 y 60 cm. La luz de la habitación y otros estímulos en la casa tienen que estar hacia adelante y encima de sus ojos, no hacia atrás ni de costado. Como la mirada guía la posición de la cabeza, hay que evitar que lleven los ojos a posiciones extremas. Le gusta que le hablen con voz pausada mientras lo miran; es uno de los mejores estímulos. No es conveniente que el bebé mire televisión, es una especie de hipnosis, los nervios de sus ojos son aún inmaduros.
Posiciones: se facilitan las posturas en flexión, incluyendo tronco y cintura pélvica, lo que otorga mayor posibilidad de auto – organización. Estas posturas permiten que el bebé esté simétrico y hacia la línea media: se encuentra las manos y las lleva a la boca.
Cuando lo levante en brazos, hágalo alternando a derecha e izquierda lo cual le permitirá movilizar la cabeza hacia ambos lados. Es una postura para trasladarlo y alimentarlo.
Llevarlo cariñosamente en brazos es la mejor forma de hacerlo desde el nacimiento hasta los 3 meses.
Sostenga con una mano la nuca y el occipucio (la parte más saliente de la cabeza) y con la otra sujete al bebé por las nalgas. El bebé se “acomodará” en sus brazos, estará más confortable en esa postura con el tronco flexionado (como la que tenía dentro del útero materno), las piernas y manos se moverán libremente, tocándose entre sí, y el bebé podrá contactarse con la mirada con sus papás.
- Semi-sentado con apoyo: inicia sostén cefálico, con mejor orientación visual y consiguiente
contacto social.
- Decúbito lateral (de costado): con los miembros superiores en la línea media, permite la llegada de las manos a la boca, y que con sus ojos vean sus propias manos. Los pies y piernas se mantienen juntos, lo que posibilita mayor integración e incorporación sensorial.
- En cambio, la posición en supino (boca arriba), promueve la asimetría y la desorganización,
-
dificulta la autoorganización y demora la adquisición de pautas menos primitivas.
Le resultará muy placentero que lo acaricien, le hagan mimos a lo largo del cuerpo con movimientos suaves, lentos y uniformes con toda la mano. Los leves y rápidos pueden resultarle desagradables.
Si se le hacen masajes, deben ser a un ritmo uniforme y lento, con bebé en estado de alerta, despierto y luego del baño. Facilitan el descanso posterior. Las caricias se harán si el bebé está alerta y se facilita que los miembros superiores lleguen a la línea media (manos-boca).
La respuesta al dolor de bebés nacidos muy prematuros se reduciría por el contacto materno con la piel. Al ser abrazados por sus madres, se recuperan más rápido.
Si llora o está molesto, puede apoyarlo sobre su hombro, sostenerlo sobre el hombro o en su falda boca abajo, palmeándolo suavemente en la espalda. Mientras esté despierto y con buen ánimo, varias veces al día acuéstelo boca abajo sobre una base plana y estable (una cálida manta puesta en el suelo, sobre una mesa o en la falda de la mamá; no sobre la cama, donde se hundirá al ser una superficie mullida, además de ser peligroso) y mirándolo a los ojos, háblele, él intentará levantar la cabeza.
Se pueden facilitar las distintas posturas empleando nidos o rollos (hechos con toallas, una mantilla, rollos pequeños, etc.), hamaca paraguaya, etc. Que le brindarán adecuada contención física; promoción del estado de sueño; si es necesario, puede colocarse en posición antirreflujo (con la cabeza más elevada qe el tronco) y protege de pérdida de calor.
Diferenciación entre noche y día
Es muy importante para relajar al bebé y a sus padres. Prepara al niño para un ritmo socialmente adecuado, promoviendo su estabilidad fisiológica. Los ritmos son conocidos intraútero: su propio ritmo cardíaco y el de su mamá, ciclos de sueño y actividad maternos, ritmos hormonales (Ej.: circadiano).
Organización del sueño- vigilia auxilia al bebé a:
- estructurar, mantener y facilitar cambios de conciencia, evitando picos de extenuación y agitación.
- favorecer la auto-organización.
- favorecer la ganancia de peso.
Un ambiente calmo, regular y esquematizado facilita establecer el patrón repetitivo y de transición gradual que significa el alta desde una internación a estar en su hogar. Al estar despierto, en alerta, estará más conectado para una interacción adecuada y positiva.
Norma Aspres
Médica Pediatra Neonatóloga