Madre no hay una sola. Ni dos ni tres. Según un estudio realizado por TNS Argentina para Lucchetti, la madre de hoy es multifacética, emprendedora, independiente y afectuosa. Una mujer que trabaja, ama a sus hijos, se preocupa por su alimentación, pero que también pierde la paciencia.
Para el estudio se realizaron 1000 encuestas cara a cara, una específica a 500 madres y una exploración cualitativa que involucró a madres, padres, abuelas y nietas. El trabajo de campo se realizó en la Argentina entre octubre de 2008 y enero de 2009.
"La encuesta pone en evidencia que, más allá del amor y ternura que en general todas las mamás tienen, hay sentimientos ambivalentes que aparecen durante la crianza de los hijos-dice Sandra Durán, directora del área cualitativa de TNS-. No significa que se sea mala madre, sino que a ella le pasan cosas como a todo ser humano. La misma voz que canta el arrorró es la que reta."
Esta radiografía de las madres argentinas señala que el 75 por ciento trabaja fuera del hogar. Y que, para el 63 por ciento, "es muy importante realizar actividades recreativas". De hecho, 8 de cada 10 encuestadas se identificaron con la frase "creo que es importante que las madres le dediquen tiempo al cuidado de su cuerpo y busquen verse lindas".
Malabaristas
Como una gran malabarista: ésa es la mujer que refleja el estudio; una mujer que puede a la vez organizar una comida, estar al tanto de las tareas escolares y no faltar a una reunión de trabajo. Sobre esto, la escritora Marilén Stengel opina: "Las mujeres lo queremos todo, lo queremos ya y lo queremos perfecto. Las que trabajamos tendemos a ser muy exigentes con nosotras mismas".
A tener que cumplir como madre, esposa y trabajadora -sostiene Stengel-, se suma la sensación de que es difícil llegar a satisfacerse en lo personal. "Eso que tenías que hacer por vos es lo que se posterga. Lo importante es que la mujer pueda elegir qué modelo quiere seguir", resume.
Entre los beneficios de trabajar fuera de casa, las encuestadas mencionaron la independencia, el espacio de socialización que se genera para ellas y el crecimiento profesional. Pero también identificaron su contrapartida: más estrés y corridas, y más culpa. Esa culpa se manifiesta principalmente en la sensación de estar ausente con el pensamiento a pesar de estar presente físicamente, una situación que se da por igual en la casa y en el trabajo.
De las mujeres encuestadas, el 74% recibe ayuda para las tareas domésticas y cuenta con buena colaboración de su marido e hijos.
Nueve de cada diez aseguran que el cuidado y la crianza de los chicos es una responsabilidad compartida.
Por otra parte, el estudio revela una paradoja: que la mayoría de las mujeres encuestadas dice estar de acuerdo con la frase "el deseo de ser madre es natural en cada mujer", pero también coincide con la afirmación de que "la maternidad es una elección de cada una".
"Me pareció conmovedor que en la misma madre cohabitaran dos ideas de la maternidad: una como un elemento de la naturaleza y otra como una elección", opina Miguel Espeche, coordinador general del Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano.
Según el sondeo, el 52% de las encuestadas considera que "la mujer necesita tener hijos para realizarse". Esta percepción se acentúa entre las que tienen más cantidad de hijos y las que no trabajan. El 43% considera, sin embargo, lo opuesto, y el 41% enumera otras razones para la realización personal, como los logros profesionales.
Pero esos logros muchas veces implican una agenda demasiado completa. Espeche comenta que en sus talleres observa con frecuencia, en mujeres, estados de ansiedad y tensión que resultan de la organización de sus tiempos, un dato que también surge del estudio.
¿Qué es ser una buena madre?
Ellas tienen la palabra y enumeran las prioridades: darles a los hijos una buena educación y cuidarlos, protegerlos y acompañarlos. Además, destacan la importancia de "darles amor", "que no les falte nada", "transmitirles valores y principios". También consideran relevante "ponerles límites" a sus hijos, "escucharlos y tener con ellos una buena comunicación", y, por supuesto, "ocuparse de su salud".
Según el estudio, la dedicación exclusiva al hijo no es percibida como distintiva de una mejor manera de vivir la maternidad.
Si se trata de la alimentación, las mamás prefieren no delegar. Son las principales responsables de la compra de alimentos, y la mayoría considera que "dar de comer es un acto de amor" a su familia, no lo vive como una obligación. Por eso, tratan de servir la mesa con productos fortificados con hierro, calcio y vitaminas, y ricos en fibras, mientras que evitan los alimentos muy grasos o muy azucarados.
A la hora de hacer las compras, no les importa pagar más por un producto que consideran bueno para la salud de sus hijos, aunque sí se fijan en los precios.
Además, prestan mucha atención a lo que dicen los médicos sobre la alimentación de los chicos y normalmente miran en el envase los ingredientes antes de comprar.
A pesar de las ambivalencias y los deseos encontrados, casi el 70 por ciento dice que ser madre es la mejor vivencia que una mujer puede tener en la vida
Fuente: La Nación