El término Baby Boom se utiliza para definir la situación demográfica de un periodo caracterizado por un notable aumento de la natalidad. No es la primera vez que oímos hablar de un Baby Boom, de hecho, el término ya se ha utilizado para designar el crecimiento demográfico en años anteriores.
Pero lo curioso del boom que nos toca vivir ahora es que en su mayoría es protagonizado por mujeres de más de 30 años. El año pasado, en la Ciudad de Buenos Aires, nacieron 316 niños más que en el 86, año en el que se registró el último pico de nacimientos. La edad promedio de las madres fue de 29, 4 años.
Estos datos, proporcionados por la Dirección de Estadísticas y Censos del gobierno porteño, sugieren que la mujer mantiene su deseo de ser madre, aunque ha modificado ciertas conductas respecto de la maternidad, como la de elegir el momento en que quiere tener un hijo. Las cifras demuestran que la mujer espera la madurez para elegir tener un hijo, que busca la estabilidad laboral y el desarrollo profesional antes de ser madre.
Mientras que en los 80 el 57% de las mujeres que daban a luz se ubicaban en la franja que va de los 20 a los 29 años, ahora el 52% tiene más de 30 años. En 2008, en la provincia de Buenos Aires nacieron 280.000 niños. El 35 % de ellos, 98.000 chicos, tiene una mamá que supera los 30 años. Y más de mil son hijos de madres primerizas que superan los 40 años.
Encontrar el momento ideal para convertirse en madres es algo propio de la modernidad. La psicóloga Patricia Alkolombre opinó que "tener un hijo es uno de los deseos femeninos que se desarrollan desde la infancia. Lo que hoy cambió, a partir de la anticoncepción y la liberación femenina -dijo-, es que la mujer puede elegir libremente cómo, cuándo y con quién tener un hijo. Para ella es imperante el momento en que se accede a la maternidad. En general, trata de elegir un momento que esté bien en pareja y que se cuente con apoyo ambiental".
Según la médica psicoanalítica Liliana Novaro, integrante de la Asociación Psicoanalítica Argentina, "la maternidad fue dejando de ser una imposición biológica y social para transformarse en una elección, en un deseo que necesita ser integrado con otros deseos y objetivos. Como la mayoría de las mujeres trabaja, algunas eligen terminar sus carreras y afianzarse laboralmente, y postergar la maternidad para buscar el momento oportuno".
Las motivaciones de la mujer de hoy para convertirse en madre no son muy distintas de las de antes, cuando la maternidad parecía ser más una imposición social que una elección de la pareja.
"En general, se homologa femineidad con maternidad. El deseo femenino pasa por otros lugares que no son los hijos; mientras que el deseo de maternidad es algo que se construye a lo largo de una vida. Ahora hay más libertad para elegir ser o no ser madre. Pero cuando se elige serlo, la motivación es la misma que antes, se juegan las mismas cosas", dijo la psicoanalista Valeria Casali, docente de la UBA y miembro de la Fundación Buenos Aires.
Buscar el momento oportuno
Hoy las madres postergan la decisión de serlo hasta lograr el equilibrio necesario. “Siempre estuvo entre las prioridades formar una familia, pero para eso quería alcanzar cierta estabilidad económica,” expresó giulana Di Marco en una entrevista para La Nación. “Yo tengo 29 años y aunque mi proyecto era quedar embarazada después de los 30 años para terminar de estudiar, la maternidad me llegó en un buen momento, con padres y suegros jubilados, que me dijeron que me van a ayudar en todo. Es que no quiero dejar a mi bebe con un extraño", contó.
La madre actual, a sus 30 años, cuenta con un gran equipo de ayuda. Sus padres, en general, ya tienen más de 55 años, muchos se encuentran jubilados y por lo tanto, pueden colaborar en el cuidado del bebé. Además, la mujer moderna busca una pareja comprometida con la crianza del niño. "En general, las mujeres de hoy comparten con la pareja tanto el sostén económico y afectivo de la familia como la crianza de los hijos", dijo Novaro.
Pero, contrariamente a esto, también hay cada vez más mujeres que se animan a tener hijos solas. "Alrededor de los 40 años, cuando el reloj biológico apremia -agregó Novaro-, deciden ser madres y afrontar solas, o con ayuda familiar, la complejidad de la crianza."
Pero así como la maternidad hoy es una elección, el no tener hijos también lo es. "Esta decisión era impensable en otra época, ya que la ausencia de hijos se vivía como un sentimiento de inferioridad y vergüenza; constituía un estigma social. Si la decisión se toma luego de reflexionar profundamente y de un modo maduro, no habrá costos que pagar", opinó Novaro.
Según Alkolombre, aún hoy persiste una cierta mirada sobre la mujer que decide no tener hijos. "Como la maternidad se puede elegir -opinó-, esto demuestra que no hay instinto materno. Y que ser madre es algo que se construye en forma cultural."
Fuente: La Nación