Comer pocas verduras y frutas puede provocar varios problemas en la salud de tu hijo. En principio, un déficit de nutrientes y vitaminas. Tu hijo puede sentirse sin ganas de hacer nada, perder fuerzas para estudiar y divertirse. La falta de calcio, hierro y fosfato puede alterar también su capacidad de atención.
Que los chicos incorporen nuevos alimentos, suele convertirse en un desafío para todo padre. Muchas veces, los padres se cansan si sus hijos rechazan algun alimento y no se los dan nunca más. Esto es un error. El rechazo es normal cuando los chicos son pequeños, hay que seguir dándoles de probar porque es muy probable que a la larga termine gustándole. La clave es darles porciones chicas y cocinar las verduras de distintas formas; al vapor, pisadas, en tartas, etc… Así el chico va incorporando el sabor de a poco y se va acostumbrando.
Los hábitos alimentarios se aprenden en la familia, por eso es importante que en cada comida te propongas darles el ejemplo a tus hijos. Los especialistas aconsejan ir al supermercado con los chicos para elegir junto a ellos las verduras que comerán. Luego, podes cocinar junto a ellos para que se sientan parte del proceso, estén orgullosos de lo que hicieron y no sólo lo prueben, sino que les encante comerlos porque es una “producción suya”.
Según un artículo publicado por el Observatorio de Buenas Prácticas Nutricionales, la alimentación infantil se encuentra por debajo de patrón alimentario estándar:
A partir de los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición se comparan los consumos reales de los chicos (globos de diferentes colores) con un patrón alimentario saludable (representado por la línea verde). Ya desde la edad temprana se observa un alto consumo de carnes (fundamentalmente vacuna) y alimentos de alta concentración de grasas (y aceite parcialmente hidrogenado) y azúcares y consumos muy bajos de hortalizas, frutas, granos, legumbres y leche.
¿Cómo hacer para que tu hijo coma frutas y verduras?
• Tené en cuenta los gustos de tu hijo e intenta mezclarlos de a poco con nuevos alimentos. Por ejemplo, si su comida preferida son las milanesas, acompáñalas con alguna ensalada. Si le gustan las empanadas de carne, incorporales unos pedacitos de zanahoria.
• No los recompenses por comer todo. Los chicos tienen que aprender que si se alimentan bien van a poder ser más fuertes y jugar más.
• Cocina de vez en cuando con ellos para que se animen a probar cosas nuevas. Dejálos pisar el puré o revolver las ensaladas.
• Si tenes casa con jardín, podes hacer una huerta junto a tu hijo. Así, puede tomar contacto con los vegetales y sentirse más involucrado.
• Si tu hijo rechaza una vez alguna comida, volvé a ofrecérsela pasado unos días.
• Condimentá las ensaladas para darles más gusto; podes prepara salsas especiales usando mostaza o mayonesa.
• Decorá los platos con distintas formas. Podes hacer caritas con tomates cherry y láminas de zanahoria.
• No te preocupes si tu hijo no come todo. Generalmente, ellos comen hasta que no tienen más hambre. Darles más alimento del necesario no va a hacer que crezcan más. El pediatra Carlos Gonzalez asegura que el crecimiento no es consecuencia de la alimentación: “Si compra usted un caniche, podrá mantenerlo por poco dinero, mientras que si compra un pastor alemán se arruinará comprando comida para perros. ¿Cree usted que si le diera mucha comida a su caniche, éste se convertiría en un pastor alemán? En realidad, no crecemos porque hemos comido, sino que comemos porque estamos creciendo.” Por eso, si tu hijo come más o menos que sus amigos, no desesperes, cada uno tiene sus tiempos y formas dependiendo de su contextura física, sus genes, etc..
• Es importante que vos o tu marido, se tomen un tiempo para cocinar. Las verduras cocinadas suelen ser más aceptadas que las verduras en ensaladas. Probá hacer buñuelos, verduras rellenas con queso o a las brasas.