1- Explicarle cómo van a cambiar las cosas
Hay que ser realista con nuestro hijo, no le podemos decir que todo va a estar igual, porque no es verdad. Hay que decirle que las cosas no van a ser igual que siempre y que con la llegada del nuevo bebito vas a tener menos tiempo para estar con él. Hay que explicarle que un recién nacido debe recibir mucha atención de los más grandes porque solos no pueden hacer las cosas.
Siempre es mejor hablar con nuestros hijos y explicarles los cambios. Si no se hablan las cosas los chicos pueden esconder los sentimientos que tienen y éstos se pueden transformar en pesadillas o incluso, odio hacia el hermanito.
Para que él no se sienta dejado de lado podés incentivarlo a que te ayude con el bebé, a cambiarlo, o cuando lo bañas…
2- Siempre los tenemos que escuchar
Para los chicos es muy importante que los escuchen cuando tienen algo que decir, les gusta que les presten siempre atención y que estén encima de ellos. Pero con la llegada de un nuevo hijo tenemos que repartirnos el tiempo y no podemos dedicarles la misma atención que antes.
Ellos tienen que saber que vos vas a seguir estando con ellos y no los vas a cambiar. Una manera de darles seguridad es escuchándolos. Es importante que le contesten todas las dudas que le surjan sobre el nuevo miembro de la familia y prestarles atención cuando te quieran contar algo que les pasó.
3- Nunca hay que comparar
La mayoría de las madres ya saben que nunca hay que comparar entre hermanos, menos cuando los estamos retando. Pero hay que tener cuidado de tampoco hacer comparaciones positivas favoreciendo al mayor. Por ejemplo decirle: “Qué bueno que vos ya puedas comer solo, ¡qué grande que estas!, en cambio tu hermano no puede y hay que darle de comer en la boca”.
Este tipo de comparaciones van a hacer que tu hijo mayor no quiera enseñarle cosas a su hermanito, va a pensar que si crece y aprende lo van a querer menos a él.
4- Solucionando los problemas
Siempre va a haber algo por lo que se peleen tus hijos. Los bebés no se dan cuenta de lo que hacen y pueden llagar a romper algo de su hermano y éste se enoja y lo quiere molestar.
Es bueno que le expliquemos a nuestros hijos que los bebés no lo hacen intencionalmente, sino que son muy pequeños como para saber todas las cosas.
Una buena forma de solucionar estos conflictos es buscan una solución junto con tu hijo. Por ejemplo que él tenga un lugar que sea para él y al que su hermanito no llegue, como un cajón o un baúl.
5- Un tiempo para cada uno de ellos
Hay que intentar pasar un tiempo a solas con cada uno de nuestros hijos. Esto hace que se sientan especiales y que no compitan entre ellos por tu cariño. Por ejemplo, si los chicos ya son un poco más grandes y van al colegio, podemos elegir un día de la semana para cada uno y sacarlos a almorzar. Es una buena oportunidad para que te cuenten todas sus novedades y puedan pasar un tiempo a solas con vos.