En marzo comienza nuevamente la rutina escolar: vuelven del colegio y solo quieren mirar televisión, jugar a los videojuegos o a la computadora. Tienen mucho tiempo libre y los podemos incentivar a que practiquen alguna actividad.
Pero ¡ojo! Es fundamental que ellos la elijan según sus gustos y características, podemos ayudarlos y mostrarles todas las opciones, pero al final tiene ser ellos los que toman la decisión. Si nuestro hijos todavía son mucho chicos y no pueden decidir por ellos mismo tenemos que tratar de elegir pensando en él y no en lo que a nosotros nos gustaría.
Otras cosas que tenemos que tener en cuenta es que no les ocupe todo el tiempo libre que tienen en la semana, puede ser una o dos veces por semana, pero los chicos tienen que tener tiempo para jugar. No pueden sentir que la actividad extraescolar que estar haciendo es una obligación y que es un recreo para los padres. Esto no los motiva a continuar y van a ir de mala gana si los obligamos.
La función principal de las actividades extraescolares es que sea una educación complementaria a la que reciben en el colegio. Puede ser al alguna actividad que en el colegio no practican y que quieran aprender, o alguna que ya realizan y quieran mejorar.
- Cómo elegir la actividad extraescolar
Hoy en día podemos encontrar una gran oferta de actividades para los más chicos: desde las clásicas como futbol o hockey, natación, computación, hasta clases de baile de todo tipo, teatro o talleres de pintura y expresión corporal.
Pero ¿cómo podemos saber qué es lo mejor para nuestros hijos? Esto va a depender de cada chico y de sus características. Por ejemplo, si nuestro hijo es muy tranquilo y no le gusta jugar al aire libre, lo podemos incentivar a que tome clases de tenis o de futbol; pero si es demasiado activo podría practicar algún idioma o computación. De esta manera aprendería a respetar el ritmo de los demás y a controlar sus impulsos.
Como se dijo antes, una cosa principal a la hora de elegir una actividad es que le guste al chico y no solo a los padres. No podemos obligar a nuestro hijo a hacer una actividad porque a nosotros nos gusta, nos hace acordar de nuestra infancia, o simplemente porque está de moda, como el tenis o el futbol.
La actividad que realice lo tiene que motivar, de esta manera se va a poder desarrollar y aprender. Pero si no respetamos su opinión, lo va a practicar de mala gana hasta que la termine rechazando y no quiera ir más.
Existen infinitas actividades que nuestros hijos pueden hacer después del colegio. Para organizarlas mejor se dividen en tres grupos principales: académicas, deportivas o artísticas.
Las académicas son aquellas que están enfocadas en el estudio y en el conocimiento. Por ejemplo: el aprendizaje de un nuevo idioma, la computación, o las clases particulares de algún materia que a nuestro hijo le cueste más. Estas últimas no son las preferidas de los chicos, pero debemos ayudarlos a superar esa dificultad.
Las actividades deportivas ayudan al desarrollo físico de los pequeños, mejoran la coordinación, el equilibrio y la agilidad. Podemos encontrar una gran variedad de deportes. ¡Atención! Hay que vigilar que la actividad sea adecuada a la edad del niño y que no se lo sobre exija. Debemos recordar que hasta los diez años los niños no deben competir con el deporte.
Las actividades artísticas permiten desarrollar la creatividad de los pequeños y pueden volar con la imaginación. Cada vez son más populares y elegidas por ellos. Por ejemplo: baile, pintura, expresión corporal, música y teatro.
- ¿Cuántas actividades pueden hacer durante la semana?
No podemos anotarlo en una actividad distinta todos los días por más que el quiera y nos lo pida. Los chicos después del colegio deben tener un tiempo para jugar y descansar. Por lo tanto no pueden tener varias actividades porque terminarían agotados. Dos horas por semana es el tiempo justo para que los chicos realicen actividades extraescolares.
Tampoco necesariamente tiene que ir a un club o una academia para practicar la actividad, lo pueden hacer en la casa. Lo importante es que no pasen todo el tiempo libre mirando televisión o jugando a la computadora.
- Actividades para los más chiquititos
La edad recomendada para empezar a hacer actividades extras es alrededor de los cuatro o cinco años. Pero hay algunas que se pueden hacer desde muy chicos y con los papás. Por ejemplo como la natación para bebés. Alrededor de los 6 meses, ya se puede realizar.
Esta actividad ayuda al desarrollo físico del bebé y fortalece la relación entre padre e hijo.
Consejo: para que esta actividad se pueda realizar sin ningún problema, es muy importante que los padres demuestren confianza, calma y seguridad; y se la podrán transmitir al bebé.