Los primeros meses del bebé
La principal fuente de alimento en los primeros meses de vida, debe ser la lactancia materna, ya que la leche de la madre se adapta perfectamente a las necesidades nutricionales y las características digestivas de los lactantes hasta la introducción de la alimentación complementaria donde la leche como alimento único a partir de los seis meses no proporciona la energía y nutrientes que precisa el lactante a partir de esta edad, y además, como sus funciones digestivas han madurado, se deben incluir nuevos alimentos en su dieta, siguiendo ciertas pautas, porque la falta de diversificación es motivo frecuente de pérdida de apetito.
¿Qué alimentos introducir y de qué forma?
A partir de los 6 meses del bebé se administrará una comida mas pecho a demanda, esta comida debe ser espesa y en forma de papilla. Entre los alimentos que se pueden incorporar encontramos cereales como arroz bien cocido y pisado, polenta, almidón de maíz. Estos serán sin gluten para evitar sensibilizaciones e intolerancia a esta proteína.
También se introducen hortalizas en forma de puré agregando aceite vegetal y evitar agregar sal ya que contienen naturalmente los alimentos y no conviene que se acostumbren de pequeños a sabores muy salados. Las frutas a incorporar son manzana, banana, pera, durazno, sin endulzar con azúcar porque ya contienen naturalmente.
Pasada una semana agregar un pequeño trozo de carne sin grasa, bien cocida a la plancha, parrilla ó hervida, tiene que ser picada o rallada empezando con pollo y luego se incorpora ternera.
Alimentación desde los 7 meses
A partir de los 7 y 8 meses del bebé se puede empezar con papillas que contengan harinas de trigo, sémola, como fideos cabello de ángel, un cuarto de yema de huevo dura pisada. (La clara aporta principalmente proteínas de alto valor biológico, pero entre ellas se encuentra la ovoalbúmina, con gran capacidad de provocar alergias, entonces no se debe incorporar hasta los 9 meses aproximadamente. El pescado , debido a su mayor capacidad de provocar alergia, tampoco debe incorporarse antes de los 9 meses de edad y si el bebé tiene antecedentes familiares de alergia alimentaria, hasta pasado el año de vida no debe incorporarse).
Alimentos no recomendados
En cuanto a los azúcares, miel y otros dulces no es recomendable el consumo de estos debido a que la dieta del bebé tiene aportes adecuados de hidratos de carbono. Es muy importante no alimentar a los lactantes con miel debido a que es fuente dietética de las esporas del Clostridium botulinum y a esta edad, no tienen la inmunidad para resistir el desarrollo de estas esporas causantes del botulismo*.
Líquidos
Mientras el lactante recibe sólo leche materna o fórmula adaptada, no suele requerir líquidos adicionales, salvo en situaciones extremas de calor o pérdidas aumentadas (fiebre, diarrea). Por el contrario, cuando se introduce una alimentación complementaria al suponer ésta una mayor carga renal de solutos (sustancias disueltas en líquido: sales minerales, glucosa), no basta con los líquidos aportados por la leche y otros alimentos, y se debe ofrecer al niño agua con frecuencia.
La leche de vaca nunca se introducirá antes del año, y cuando se incluya en la dieta deberá ser entera, por su aporte de vitaminas liposolubles y grasas, salvo que haya recomendación médica que especifique otra cosa.
Alimentos para evitar
Durante este primer año de vida es necesario que evitemos determinados alimentos porque pueden ser perjudiciales para la salud, entre ellos encontramos:
- Comidas muy condimentadas y picantes, sopas en sobres, hamburguesas, salchichas y otros embutidos porque contienen mucha sal, grasa y conservantes.
- Snack como papas fritas, chizitos, palitos, por el alto contenido de sal y grasa.
- Miel.
- Soja o preparados con soja hasta cumplir los dos años.
- Gaseosas y jugos artificiales por la gran cantidad de azúcar.
- Postres lácteos de los que se venden preparados porque tienen conservantes.
* El botulismo es una intoxicación alimentaria bacteriana causada por una neurotoxina, la toxina botulinica, que es producida por la bacteria Clostridium botulinum.