Claves para ayudar a tu hijo con las tareas escolares

¿Cuánto es el tiempo recomendable para ayudar a los hijos con las tareas del colegios?¿Es mejor dejarlos más solos?

El límite entre dejarlos solos y promover la autonomía de trabajo es la gran lección por aprender de los padres. Hay momento evolutivos en los que es necesario estar más cerca, por ejemplo en un primer grado, pero pasada esta etapa es importante que se pueda distinguir cuándo y en qué tipo de tareas nuestro hijo nos necesita mayormente, y otras en las que sólo nos requiere porque quiere llamar nuestra atención. Si bien es importante estar para todas las necesidades de nuestros hijos, también es saludable ayudarlos a organizarse y no hacer las cosas por ellos. Esto no favorece el crecimiento en autonomía que necesita para la vida.

¿Qué argumentos sirven para motivar a los hijos a sentarse a hacer las tareas?

La motivación para hacer las tareas no tiene argumentos explícitos. Todo niño que ha tenido espacios saludables de aprendizaje desea aprender. Por esta razón hay que tener cuidado con las recompensas materiales o estímulos repetidos asociados al premio-castigo. El discurso adulto siempre tiene que versar en lo que es bueno para ellos y lo importante que es saber cosas nuevas, evitando los argumentos relacionados a “valorá todo lo que te damos” “hay nenes que no pueden ir a la escuela”…etc. Para el niño es difícil dimensionar el esfuerzo presente con los logros futuros.

Cuatro consejos claves:

• Conocer la capacidad de concentración de tu hijo: Es importante que los papás observen qué es lo más conveniente para el niño. De este modo, conocerán en qué momento es bueno hacer un corte, o dosificar las tareas con otra actividad para que puedan rendir mejor. Por otro lado, están los chicos que, por personalidad, terminan rápido para pasar a otra cosa. Esto lo pueden saber los padres observando atentamente.
•  Elegir el horario y el lugar más propicio para realizarlas: Si van por la tarde al colegio, se puede implementar que cuando regresen solo realicen tareas que impliquen lo procedimental (buscar figuritas, recortar, armar maquetas) y dejar para la mañana siguiente las actividades más predominantemente cognitivas que exijan esfuerzo mental.
• Reflexionar sobre la actitud que tengo como padre en el momento de ayudar con las tareas: De esto depende que las tareas sean un espacio de disfrute, de conversación y refuerzo sobre lo que se vio en clases…o puede convertirse en una guerra….donde los padres pierden la paciencia y el control de sus emociones; y los niños terminan llorando. De este modo, aprendizaje deja de ser lo que debería ser, un proceso saludable de resignificación de saberes.
•  Reconocer las competencias que tenemos como padres y cuáles no: Si exploto los nervios, lo mejor es delegar la realización de estas tares en un docente particular que hará un reforzamiento desde lo pedagógico o de alguna adecuación de contenidos. Es más sano y realista delegar este espacio, y no que ese momento se convierta en un tiempo de tensión.

Lic. en Psicología Evangelina Ficetti (MP 121.649)

Vicepresidente del Colegio Profesional de Psicopedagogos de Córdoba.