Mariuqui es Orientadora Familiar del Instituto de la Familia de la Universidad Austral. Especialista en vínculos familiares. Columnista de la revista Sembrar Valores
¿En qué medida el ritmo vertiginoso de la sociedad en qué vivimos afecta a la relación madre-hijo?
A todos nos afecta la falta de tiempo para dedicar a la familia. Pero debemos recordar que es un gran privilegio ser madre y que el ritmo vertiginoso de nuestros trabajos no nos debe impedir disfrutarlo.
El cariño demostrado es clave para los bebes en el comienzo de la vida, para esto nuestros hijos precisan a sus mamás serenas, cariñosas, sonrientes.
Tenemos que tratar de dar prioridad a nuestra familia. No perder nuestra tranquilidad, reconocer nuestro cansancio y darnos el espacio para poder brindar lo mejor de nosotras a nuestros seres queridos y no lo que nos queda del día.
¿Qué aspectos deberían ser tenidos en cuenta por una mamá reciente que ha vuelto a trabajar? ¿Qué aspectos no deberían ser descuidados en la construcción del vínculo con el bebé recién nacido?
Lo importante hoy es la calidad de nuestro tiempo familiar. También, se sabe que lo mejor es dar cantidad de calidad.
Algunas cuestiones que facilitarían la construcción del vínculo afectivo son:
- Contacto físico: un espacio clave es el desarrollo de la lactancia. Dar de mamar o la mamadera, sin televisión, con intimidad en el contacto. El bebé siente nuestros apuros, por eso nuestra calma y nuestra sonrisa son muy importantes.
- Tener momentos especiales para compartir: tener algo fijo en la semana con los chicos, aunque requiera llegar un rato más tarde al trabajo o salir más temprano.
- Jugar: compartir momentos, ser afectivos. Esto favorece el desarrollo y la autoestima de los hijos.
- Pensar en lo que quieren los chicos: compartir las rutinas con ellos, del modo más entretenido posible, tratando de dejar el trabajo del lado de afuera al llegar a casa.
- No educar con regalos: no compensar la culpa de no estar con muchos juguetes y tener paciencia si nuestros hijos están ofendidos porque nos fuimos. Muchas veces no pueden entender nuestra falta de tiempos exclusivos para ellos.
- Ser cariñosos: son importantes nuestros besos, nuestra mirada, reconocen nuestra voz. La velocidad de nuestro día y de los extras en nuestros trabajos lo sufren nuestros hijos cuando nos ven cansadas.
- Los papás presentes: deben ser un soporte cariñoso y brindar seguridad. Tienen la misma responsabilidad de dar ternura. Nos aportarán la mirada masculina que tanto necesitan los hijos en todos los momentos de la infancia, y fundamental en la adolescencia y serán para ellos un referente.
Gentileza: Angeles Destefano
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