Las decisiones y la vida
Recientemente, académicos españoles del IESE publicaron el libro “Iceberg a la vista. Principios para tomar decisiones sin hundirse”. El Profesor Ariño y el Profesor Maella, sostienen que tomar decisiones es una necesidad, una obligación y una responsabilidad. ¿Por qué es así? Porque de ellas depende el trabajo y las relaciones con los demás, y principalmente porque cada persona es lo que decide ser. Y a esto se aprende.
Por ejemplo, podemos controlar o influir sobre las circunstancias mediante las decisiones que tomamos, definimos en cierto modo sobre nuestro futuro cuando decidimos mudarnos, casarnos, estudiar tal cosa, viajar, etc. De este modo es cómo influimos en la realidad. Es decir que la historia personal de cada una es la historia de las decisiones tomadas, y que nuestro futuro —que está condicionado por aquellas que ya hemos tomado— lo vamos forjando a través de las futuras decisiones.
Dos condiciones a tener en cuenta para tomar decisiones éticas
“En la decisión” explica Domenec Mele Carne, especialista en ética empresarial, “hay dos elecciones básicas de la voluntad:
- La intención de alcanzar un fin.
- La elección de un objeto o alternativa de acción que se estima apropiado para lograr dicho fin”.
De este modo, intención y objeto elegido se integran y determinan si la acción es buena o no. Es bien conocida la frase "El fin no justifica los medios"....de esto se trata, a esto apunta. Hay que estar atentas a las circunstancias que rodean la acción y a las consecuencias previsibles que agravarían o atenuarían la moralidad de una acción.
Beneficios de saber tomar decisiones en el trabajo
- Inspira más confianza a tus jefes
- Predispone mejor al trabajo: evita la queja y mueve a la acción
- Aumenta la autoestima y la buena percepción de tu persona hacia los demás al demostrar seguridad y resolución
- Las buenas decisiones la mayoría de las veces se basan en buenas intuiciones
- Si alguna vez te equivocás en la decisión, lo mejor para vos y para los demás, es admitir el error. Descomprime tensiones y facilita el clima para retomar la tarea.
Proceso base para tomar buenas decisiones
Enrique Casale- MBA- Consultor y Experto en Gestión de personas
- Determinar la necesidad de una decisión: el proceso de toma de decisiones comienza con el reconocimiento de que se necesita tomar una decisión . Ese reconocimiento lo genera la existencia de un problema.
- Identificar los criterios de decisión: Una vez determinada la necesidad de tomar una decisión, de deben identificar los criterios que sean importantes para la misma.
- Asignar peso a los criterios: Los criterios enumerados en el paso previo no tienen igual importancia. Es necesario ponderar cada uno de ellos y priorizar su importancia en la decisión
- Desarrollar todas las alternativas posibles: Desplegar las alternativas. La persona que debe tomar un decisión tiene que elaborar una lista de todas las alternativas disponibles para la solución de un determinado problema. En esta etapa interviene el proceso creativo que permite conseguir más variedad de ideas para tomar una óptima decisión.
- Evaluar las alternativas: La evaluación de cada alternativa se hace analizándola con respecto al criterio ponderado. Una vez identificadas las alternativas, el tomador de decisiones tiene que evaluar de manera crítica cada una de ellas. Las ventajas y desventajas resultan evidentes cuando son comparadas.
- Seleccionar la mejor alternativa: Una vez elegida la mejor alternativa se llega al final del proceso de toma de decisiones.