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Camas solares:

Por qué no hay que usarlas.

Por qué no hay que usarlas.

¿Sabías que recibir 10 o más sesiones anuales de bronceado artificial, contribuye al envejecimiento prematuro de la piel y aumenta considerablemente el riesgo de padecer cáncer de piel?

Por qué no hay que usarlas.

Las lámparas actualmente en uso en los establecimientos que ofrecen los servicios de “camas solares” generan radiación ultravioleta en el rango de UVA y un pequeño porcentaje de UVB. Los rayos UVB en su interacción con la piel, son los responsables de la producción del enrojecimiento y quemaduras solares y, los mayores protagonistas en la generación de cáncer de piel.

Los rayos UVA son de menor energía que los UVB, pero también dañan la piel por su mayor poder de penetración. Inducen el bronceado por eso son los utilizados en las camas solares.

Aunque originalmente los UVB se consideran más dañinos que los UVA, los UVA penetran más profundamente dañando el tejido elástico, aumentando las propiedades cancerígenas y de producir quemaduras de los UVB y alterando el sistema inmune de la piel con aumento de infecciones o alergias de este órgano.

Con la exposición a la cama solar se recibe más intensidad de UVA que la recibida durante un baño de sol, ya que los rayos inciden en forma más directa sobre la piel y la persona está inmóvil.

Recibir 10 o más sesiones anuales de bronceado artificial, contribuye al envejecimiento prematuro de la piel y aumenta considerablemente el riesgo de padecer cáncer de piel.

Cuanto más temprana es la exposición de una persona a la radiación UV  mayores son los riesgos de daño, debido a que los efectos de esta radiación son acumulativos, progresivos e irreversibles. Durante años se relacionó el concepto de bronceado con el de salud y belleza. Sin embargo, el bronceado no es una manifestación de salud de la piel, sino una reacción de defensa ante la agresión de los rayos UV. Estos rayos estimulan la síntesis de melanina, pigmento que generan los melanocitos, como signo de defensa ante el daño que generan los rayos UV sobre las células de la piel. 

La incidencia mundial de cáncer de piel se ha incrementado exponencialmente en las últimas décadas. “El creciente uso de las camas solares, combinado con el deseo y la moda de estar bronceado, son considerados las razones principales del aumento de cáncer de piel”.

El concepto de “bronceado seguro” no existe, con o sin cama solar.

La radiación UV, emitida por las “camas solares” genera:

  • En forma aguda (a corto plazo): inflamación, quemaduras, reacciones de fotosensibilidad (erupciones por la luz que aparecen en personas con una mayor sensibilidad), erupciones por fotosensibilidad vinculadas a la ingesta o aplicación tópica de sustancias (ciertos medicamentos, edulcorantes, perfumes, jabones).
  • En forma crónica (a largo plazo): envejecimiento prematuro de la piel, exacerbación de enfermedades que cursan con fotosensibilidad como el lupus eritematoso sistémico y cáncer de piel.

Además las radiaciones UV pueden producir daños  oculares como cataratas, el pterigión (aparición de un bultito blanco en la córnea), quemaduras en la córnea y daño en la retina.

LAS CAMAS SOLARES SON CAMILLAS DE RADIACIÓN ULTRAVIOLETA. La Sociedad Argentina de Dermatología desaconseja el uso de las mal llamadas camas solares por ser una actividad que daña la salud.

Más Información: http://www.cancerdepiel.org.ar/

Sociedad Argentina de Dermatología

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