En la agitada vida que muchas de las familias viven hoy, es probable que les resulte difícil encontrar momentos para dedicarle a la lectura propia como adulto, como el tiempo necesario para leerles a los más pequeños.
Lo ideal para hacerlo es antes de dormir ya que es una actividad que genera relajación y conexión con el adulto, esto les otorgará seguridad y auspicia un sueño más tranquilo y placentero.
Leer a los chicos desde que son pequeños, les brinda muchos beneficios, reafirma su seguridad, les brinda calma y los relaja entre otros. El solo sentarse a compartir con él esta experiencia requiere que el adulto esté tranquilo y pueda disfrutar de la experiencia.
Si bien la creatividad es una capacidad con la que nacemos, es posible desarrollarla. Para ello es importante que los padres del bebé la fomenten y la estimulen. La lectura desde pequeños no sólo favorece su desarrollo sino que a medida que los niños son expuestos a la misma, escuchan una mayor cantidad de palabras y sonidos que favorecen el desarrollo del lenguaje.
A medida que pasa el tiempo, los bebés crecen y empiezan manipular los libros por sí mismos. Esto, por un lado, colabora con el desarrollo de la motricidad fina y, por el otro, empieza a generar interés en la lectura.
A medida que van pasando los años, los cuentos ofrecen comprensión de los problemas diarios, identificación con las dificultades propias y ajenas. Esto hace que muchas de aquellas situaciones que preocupan a los chicos las pueden ver en perspectiva bajando así el nivel de angustia y desenredando elementos que aquejan la vida diaria de los más chiquitos. Es muy importante tener en cuenta, cuando leemos a los niños, preguntarles acerca de lo que ellos piensan sobre esa lectura, evitando juicios de valor, permitiendo así desplegar su imaginación junto con la empatía con aquello que le sucede al protagonista.
La instancia de lectura con los pequeños fundamental en su desarrollo ya que aporta elementos para las diferentes áreas del aprendizaje. A la vez, enriquece la emocionalidad y la vida interior de los más chiquitos; cualidades que operan para facilitar todo lo referido al trabajo escolar. El niño, en los inicios de su desarrollo, requiere de la tranquilidad y concentración para afrontar los desafíos que se van presentando, dos de las fundamentales herramientas, entre otras, estimuladas a lo largo de la lectura desde la primera infancia.
Victoria Gómez de la Lastra.