Los tres años reflejan un momento evolutivo muy importante en el niño. Se siente autónomo, ya que domina el lenguaje y su cuerpo; y se siente sociable, ya que disfruta interactuando no sólo con su familia sino que con sus pares. Pero, todavía hay emociones que no controla y sentimientos que no sabe manejar. Como padres es importante encontrar la manera de ayudarlos.