Según la Licenciada Marisa Russomando, los niños entre 7 y 10 años tienen una noción adecuada del tema sin falsos conceptos. En esta etapa registran por primera vez, que la muerte no siempre se ubica sobre el extremo de la vida, cuando las personas son ancianas, sino que en ocasiones, los accidentes y las enfermedades también pueden ocasionarlas.
No hay que alarmarse con las preguntas que puedan formular. Por lo general, ellos muestran mucho interés por los detalles acerca de cómo sucedió, por qué, qué aspecto tiene la persona en este momento y a dónde lo van a dejar, etc.
Lo importante para el adulto es que escuche al niño y responda sus inquietudes de manera precisa - sin agregar detalles que ellos no hayan demandado-, simple, clara y lo más honestamente posible sobre lo que ha ocurrido. Fundamental, en cualquier caso, es siempre hablar sin eufemismos y hacerlo tranquilamente para que el niño se sienta contenido.
Sugerencias para la conversación
- Hablar con claridad y manifestando la verdad.
- Comparar el proceso vital de las personas con otros seres vivos.
- Proveer información relacionada con la religión familiar, si así se desea.
- Incluir la enfermedad como parte del proceso de la vida.
- Respetar su duelo.
A muchos les preocupa que sus hijos sean testigos del dolor y la tristeza que sienten y expresan los adultos a través del llanto. Pero no hay que sentirse incómodo por eso. Indirectamente, estará aprendiendo que manifestarse es una reacción natural del cuerpo frente a la pérdida y que no está mal hacerlo. Pero también es importante transmitirles que por muy triste que vos te sientas, seguirás siendo capaz de cuidar a tu familia y de hacer que tu hijo se sienta seguro.
El duelo
(extraído de Kidshealth.org)
¿Es correcto llevar a los niños a los funerales? Es bueno dejar que los niños participen en cualquier ritual de duelo, si ellos quieren hacerlo. Antes que nada, explíqueles lo que ocurre en un funeral o entierro y ofrézcales la posibilidad de que ellos decidan si quieren ir. Hábleles sobre sus creencias sobre la muerte y explíqueles el sentido de los rituales de duelo que realicen usted y su familia.
Si le parece que su propio dolor puede impedirle ayudar a su hijo en este momento difícil, pida a un amigo o un familiar que cuide a su hijo mientras dura la ceremonia. Elija a alguien que sea del agrado de usted y de su hijo y en quien ambos confíen, alguien a quien no importe abandonar la ceremonia si su hijo lo desea.