Podemos decir que hay en la actualidad una cultura del alcohol asociada a la diversión. Los jóvenes se reúnen y el alcohol circula como un integrante más del grupo que conforman. El encuentro se inicia con la ingesta. De todos modos es cierto que algunos pueden beber mucho, sin llegar a ser dependientes del alcohol. Y esto es lo que marca la diferencia entre el consumo controlado, y la enfermedad.
Alcoholismo, una dependencia que arruina a personas y a sus familias
El alcoholismo se define como un consumo excesivo de forma prolongada, con dependencia del mismo. Los síntomas son: el deseo insaciable de beber, la pérdida de control en la ingesta, la dependencia física (náuseas, sudor, temblor frente a la abstinencia) y el aumento de la tolerancia que se traduce en un incremento en la cantidad de alcohol a ser bebido.
Cómo y por qué se inician los adolescentes en el consumo de alcohol
Los puntos que predisponen a la enfermedad son: el grupo de amigos, ya que en la mayoría de los casos son iniciados por presión del grupo de pertenencia, llegando en algunos casos a ser ésta la condición para permanecer en el grupo. El estrés y la fantasía de sentir alivio frente a diferentes situaciones de presión y/ o exigencias en lo laboral, en lo afectivo, lo económico, etc. Y por último la facilidad de acceso al alcohol, por ser éste socialmente aceptable.
¿Cómo podemos ayudar en caso de que un hijo esté abusando del alcohol?
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Reconocer el problema. En principio diremos que no se puede forzar a la consulta, salvo que se trate de una intervención judicial o médica. En general es imprescindible el consentimiento del paciente a realizar el tratamiento, para contar con el primer paso que es el reconocimiento del problema.
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Dialogar con el hijo. En la familia y su entorno es muy importante el no encubrimiento, se espera que se hable inmediatamente luego de algún incidente como consecuencia del estado de embriaguez. La comunicación es necesaria, y el momento oportuno será cuando la persona alcohólica está sobria y retornó a la calma, y cuando el diálogo puede ser en forma privada.
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Pedir ayuda. El siguiente paso será el pedir ayuda, realizando una consulta profesional en forma inmediata a la toma de decisión.
Cómo dialogar con los adolescentes sobre el consumo del alcohol y sus riesgos
Ahora bien, hay muchos adolescentes que ingieren una gran cantidad de alcohol, repartido en “un poco todos los días” que no llegarían a ser mencionados como alcohólicos, pero que aún así están en riesgo.
La cultura adolescente de la actualidad incluye el alcohol en la llamada “previa”, el prólogo a la salida y cuyo objetivo e sí mismo es embriagarse, para llegar al boliche ya en ese estado.
No se trata sólo de prohibir, por supuesto que son chicos que ya se maneja de manera independiente y nada basado solo en el control es eficaz. Se trata de ofrecer anticipadamente un grupo de pares afines a otros hábitos más saludables, desde ahí hay que revisar las decisiones tomadas con anterioridad a esta etapa, mantener el diálogo fluido con los hijos y promover la inquietud de otras áreas de interés más allá de las salidas:; deportes, hobbies, actividades artísticas y culturales, ser socios de un club, entre otras opciones.
Consejos para padres
- Conocer los amigos de los hijos.
- Fomentar el diálogo y la escucha entre padres e hijos.
- Trasmitir valores que definen a la familia, como sana diversión, buenos hábitos, respeto hacia uno mismo y al entorno.
- Promover el concepto de responsabilidad y autonomía.
- Hablar sobre los riesgos y las consecuencias del consumo de alcohol: accidentes de tránsito, actividad sexual sin consentimiento o protección, pérdida de conciencia, peligro de vida -coma alcóholico-.
- Asesorarse con profesionales como Alcohólicos Anónimos.
Lic. Marisa Russomando
Psicóloga especialista en Maternidad y Crianza
Directora de La Cigüeña