La purpurina es un polvo que se utiliza en manualidades o artesanías. Generalmente se adhiere a las superficies utilizando cola vinílica. Se debe diferenciar la purpurina de la brillantina. La primera causa efectos muy perjudiciales para la salud de los niños y la brillantina, no.
La purpurina es un polvo volátil compuesto por Cobre, Zinc y otras sustancias que pueden ser potencialmente tóxicas. La purpurina puede ser fácilmente inhalada. Al ser partículas muy pequeñas, una vez inhaladas llegan a los bronquiolos e impactan en los alveolos impidiendo el normal intercambio gaseoso. Esta situación termina afectando a todos los órganos, sobre todo los que consumen más oxígeno como cerebro, corazón y riñones.
La primera manifestación es la tos, pero en pocas horas puede producirse dificultad respiratoria grave. Es por eso necesario que los afectados sean llevados a un servicio de emergencias, consultar al 911 o algún teléfono de un centro de toxicología de inmediato. La Sociedad Argentina de Pediatría aclara que estos casos requieren observación e internación precoz.
El tratamiento suele incluir asistencia mecánica respiratoria y el uso de antídotos para combatir los efectos que causan los compuestos que forman la purpurina en la sangre. La recuperación comienza entre los 7 a 10 días posteriores a la inhalación y si el tratamiento es efectivo no deja secuelas.
La brillantina que se parece a la purpurina, está formada por partículas de mayor tamaño por lo que son más difíciles de aspirar y no llegan a las vías aéreas respiratorias distales. Quedan atrapadas en la tráquea y los bronquios. Puede generar tos, pero no implica ningún tipo de absorción sanguínea ni de riesgo pulmonar grave.
De cualquier forma, la SAP sugiere prohibir la comercialización de ambos productos por PREVENCIÓN.
Fuente: Comité Nacional de Prevención de Lesiones-SAP