Sal: Los bebés no necesitan sal adicional en su alimentación. El exceso de sal puede afectar a sus riñones. Es importante tenerlo en cuenta, sobre todo cuando en casa se cocina para toda la familia. Los caldos industriales no están recomendados en las primeras etapas de la alimentación del niño, dado el alto contenido de sodio, grasa de mala calidad y aditivos, que contienen en su composición.
Azúcar: Los bebés no necesitan que le adicionen azúcar a sus alimentos. Las mamaderas o biberones con líquidos azucarados dejan restos dentro de su boca que favorecen la aparición de caries dentales. Es por eso que están totalmente desaconsejados los jugos industriales, las gaseosas y las bebidas azucaradas a base de soja. Por otra parte, las golosinas aportan calorías que no son acompañadas por nutrientes necesarios para su crecimiento y pueden desplazar la ingesta de alimentos más nutritivos reduciendo el apetito de los niños. (Sap, en las Guías infantiles - Consideraciones para los Equipos de Salud. República Argentina, 2006.)
Miel: La Sociedad Argentina de Pediatría afirma que la miel es un alimento peligroso para los bebés menores de 1 año. Y sus argumentos no sólo se basan en que la miel atenta contra la salud de sus flamantes dientes o que puede interferir en el apetito o la lactancia materna, sino que también puede generar botulismo. Esto se debe a que tanto la miel de caña, como la de abeja, pueden contener esporas de Clostridium botulinum que producen una neurotoxina en el intestino, aún inmaduro, del lactante. Solo basta una pequeña cantidad para desencadenar la enfermedad
Frutos Secos: Si bien los frutos secos poseen grandes virtudes, no se aconseja la ingesta en niños pequeños por dos motivos. Primero, la posibilidad de atragantamiento debido al tamaño de los mismos y segundo porque producen alergia. Son más de 180, los alimentos que producen alergia, pero en más del 90% de los casos son los llamados “grandes 8”los que generan una reacción. Los 8 alimentos que más alergia producen son: leche de vaca, huevo, trigo, soja, pescados, maní, frutos secos y mariscos. La Alergia Alimentaria se puede presentar en forma inmediata y/o tardía al contacto, inhalación o ingesta con el alimento ofensor, con síntomas y signos gastrointestinales, cutáneos, respiratorios, o por anafilaxia siendo la alergia a alimentos la primera causa de anafilaxia en pediatría. Afortunadamente la alergia alimentaria presenta una alta tendencia a la resolución espontánea con el crecimiento del niño. (Comité Nacional de Alergia de Sociedad Argentina de Pediatría)
Alimentos light o bajos en grasas: La Sociedad Argentina de Pediatría no recomienda la ingesta de leche descremada o semidescremada antes de los dos años, por carecer de ácidos grasos esenciales y vitaminas liposolubles. Por otra parte, su consumo no garantiza una ingesta energética suficiente. La grasa tiene suma importancia como fuente de energía para lograr una adecuada composición corporal y fundamentalmente en el desarrollo del sistema nervioso central. Para esta institución, no deben realizarse restricciones de grasa durante los 2 primeros años de vida (a menos que el niño presente alguna enfermedad que así lo requiera), ya que puede traer alteraciones en el desarrollo y no ofrece ventajas respecto de la prevención de enfermedades crónicas.
-
Pescados y mariscos: Las “Guías Alimentarias para la Población Infantil”, del Ministerio de Salud de la Presidencia de la Nación, en su 3ª edición, septiembre 2007, recomiendan que en niños con riesgo de desarrollar alergias, se debiera incorporar el pescado luego de los 3 años de edad. Por otra parte, hay peces que contienen mercurio, que es perjudicial a la salud. Dentro de los que enumera la FDA (Food and Drug Administration) se encuentran el tiburón, el pez espada, y la caballa.
Carnes poco cocidas: La carne no tiene que estar jugosa, ni rosada o roja en el centro. La temperatura de cocción debe superar los 70 grados, temperatura que asegura la inactivación de la bacteria E. Coli. Según las recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría, se considera que la carne está bien cocida cuando el suero que libera al cocinarse es transparente. La carne picada es considerada un alimento de alto riesgo, ya que durante su procesamiento la flora bacteriana presente en la superficie de la carne pasa al interior del producto, lo que hace más importante alcanzar la temperatura necesaria para eliminar la Bacteria E. Coli durante la cocción. La ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) recomienda: Cocinar completamente las carnes y las comidas que lleven carne picada o trozada (hamburguesas, empanadas, albóndigas, arrollados de carne, etc.), hasta que no queden partes rojas o rosadas en su interior. Exigir que la carne sea picada a la vista del consumidor y consumirla dentro de las 48 hs, manteniendo en todo momento el producto a una temperatura inferior a los 5º C, para ello se debe guardar en la heladera. Los pollos no deben tener partes rosadas. El pescado cocido debe tener color blanco.
Huevos poco cocidos: Los huevos (hervidos, fritos o poché) deben estar completamente cocinados, la clara y la yema deben tener consistencia compacta. No se recomienda dar a los niños huevos pasados por agua, debido a que la cocción es insuficiente y puede resultar peligroso, por la posible presencia de salmonella. Siempre hay que lavarlos para descontaminar la cáscara antes de guardarlos en la heladera.