El método Montessori lleva el nombre de su fundadora, la italiana, María Montessori. Nacida en 1870 en el seno de una familia burguesa católica, estudió medicina y fue la primera médica mujer de su país. Más tarde, estudió antropología y obtuvo un doctorado en filosofía. Asistió a uno de los primeros cursos de psicología experimental y se convirtió luego en miembro de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Roma.
Comenzó a interesarse en la educación a través del análisis de niños con alteraciones mentales. Decidió dedicarse a ellos para ayudarlos a progresar. A través de la observación, concluyó que el desarrollo del niño en la escuela se da gracias a un ambiente amoroso y adaptado al mundo del niño (por ejemplo, su tamaño), con abundantes materiales que puedan manipular, con los docentes como guías y respetando los períodos sensibles del niño.
En 1907 fundó la primera Casa de Niños, en San Lorenzo, Roma. Creó un área de vida práctica, una casa hecha a la escala de los pequeños, en donde practicaban tareas de higiene y modales. Ellos se concentraban y repetían los ejercicios hasta lograr con satisfacción lo que se proponían. La consigna era dejarlos libres a su espíritu teniendo en cuenta que “el niño, guiado por un maestro interior trabaja infatigablemente con alegría para construir al hombre”. Cuando a los 4 y 5 años aprendían a leer y escribir como un proceso natural, el mundo se conmocionó. Así, San Lorenzo dejó de ser un centro de control de niños y se convirtió en un lugar donde se desarrollaba el niño con dignidad, libertad e independencia. (Fuente: Wikipedia)
Principios básicos del método Montessori:
Los niños poseen la capacidad maravillosa y única de aprender absorbiendo conocimiento. Al principio lo incorporan de manera inconsciente y de a poco se hace consciente. El período absorbente se encuentra entre los 0 y 6 años de edad.
Los niños cuentan con períodos sensibles para adquirir una habilidad. Estos períodos son excepcionales, tienen una vigencia. Pasado ese período, el aprendizaje se puede lograr, pero no tan naturalmente.
Períodos sensibles para el aprendizaje según la pedagogía Montessori:
- Lenguaje de uno a tres años.
- Sentido del orden de dos a tres.
- Escritura de tres a cuatro.
- Sensibilidad para la lectura de números de cuatro a cinco años.
El primer Plano del Desarrollo comienza con el nacimiento hasta los 6 años, está caracterizado por la mente absorbente del niño, la cual toma todo los aspectos, buenos y malos, del ambiente que lo rodea, el lenguaje y la cultura. En el segundo plano, desde los 6 a los 12 años, el niño posee una mente razonadora, para explorar el mundo con su imaginación y pensamiento abstracto. En el tercer plano, de los 12 a los 18 años, el adolescente tiene una mente humanística deseosa de entender la humanidad y la contribución que él mismo puede hacer a la sociedad. En el último plano del desarrollo, desde los 18 a los 24 años, el adulto explora el mundo con una mente de especialista apropiándose de su propio lugar en él. (Fuente: www.fundacionmontessori.org)
Las escuelas Montessori tienen ambientes organizados y diseñados específicamente para favorecer el aprendizaje. Los materiales y el mobiliario están elaborados a su escala. Un ambiente organizado a lo Montessori ofrece al niño oportunidades para comprometerse en un trabajo elegido libremente, que propicia prolongados períodos de concentración que no deben ser interrumpidos. Las aulas están agrupadas en períodos que comprenden 3 años estableciendo una comunidad infantil, que permite el intercambio en forma respetuosa entre niños de diferentes edades.
“Se procura que el ambiente Montessori tenga colores neutros. Una sobre estimulación de la vista puede afectar el humor y la concentración de los niños. La iluminación es muy importante; en estos espacios hay grandes ventanales o bien, la luz eléctrica es suave para no lastimar la vista de los niños”. Fuente: Colegio Montessori Xaltepec, México.
“Los niños trabajan con materiales concretos científicamente diseñados, que brindan las llaves para explorar el mundo y para desarrollar habilidades cognitivas básicas. Los materiales están diseñados para que el niño pueda reconocer el error por sí mismo y hacerse responsable del propio aprendizaje”.
La pedagogía Montessori le otorga al adulto el papel de guía, que observa al niño y le da a conocer un ambiente bueno y cómodo. “Ayúdame a hacerlo por mí mismo” es una cita de María Montessori que ilustra el papel del adulto como asistente del niño. La doctora sostenía que el desarrollo del ser humano es un proceso natural.
Mandamientos Recordatorios de María Montessori
- Los niños aprenden todo lo que los rodea.
- Si criticas mucho a un niño, él aprenderá a juzgar.
- Si elogias con regularidad al niño, él aprenderá a valorar.
- Si se le muestra hostilidad al niño, él aprenderá a pelear.
- Si se es justo con el niño, el aprenderá a ser justo.
- Si se ridiculiza al niño con frecuencia, él será una persona tímida.
- Si el niño crece sintiéndose seguro, aprenderá a confiar en los demás.
- Si se denigra al niño con frecuencia, se desarrollará en él un sentimiento de culpa poco sano.
- Si las ideas del niño son aceptadas con regularidad, él aprenderá a sentirse bien consigo mismo.
- Si se es condescendiente con el niño, él aprenderá a ser paciente.
- Si se alienta al niño en lo que hace, ganará seguridad en sí mismo.
- Si el niño vive en una atmósfera amigable y se siente necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
- No hables mal de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está.
- Concéntrate en el desarrollo de lo bueno del niño de tal manera que sencillamente no quede lugar para lo malo.
- Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a ti con una pregunta o un comentario.
- Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Lo corregirá ahora o quizá un poco más adelante.
- Está dispuesto a ayudar si tu niño busca algo, pero también está dispuesto a pasar desapercibido si él mismo ya ha encontrado lo que buscaba.
- Ayuda al niño a asimilar lo que antes no había podido asimilar. Haz eso llenando el mundo que lo rodea de cuidado, discreción, oportuno silencio y amor.
- Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Dale lo mejor que hay en ti.