Registrar el embarazo
A pesar de esto, muchas otras sensaciones y sentimientos vividos durante el embarazo, se perderán irremediablemente, lo mismo que muchos datos de este período (“¿Cuántos días tuve que hacer reposo y en qué mes fue?”, “¿Cuánto pesaba el bebé al sexto mes de embarazo?”). Llevar un diario del embarazo, donde se registren todos los acontecimientos relevantes de esta etapa fundamental de la vida de la mamá y de la de su hijo, permitirá no sólo revivirla sino también relatarla a los hijos en el futuro.
Si en algún embarazo anterior lo hizo, la mamá ya conoce la mejor forma de encarar el hecho de llevar un registro de esta etapa de acuerdo con su estilo personal. Hay varias formas de llevarlo a cabo y la más sencilla es tener un diario o agenda perpetua –estas últimas tienen más espacio para escribir que las agendas comunes-.
Agendas para embarazo
En el mercado hay agendas especialmente dedicadas al embarazo que pueden ayudar a llevar el registro de esta etapa. Esta opción facilita la tarea, ya que el mismo temario de la agenda es una guía acerca de cuál es la información relevante que hay que consignar en cada etapa. Muchos de los diarios que están en el mercado también contienen información útil para llevar adelante el embarazo de la mejor forma posible.
Otra opción es preparar una especie de álbum personal del embarazo, aunque no es necesario hacerlo día por día. Se lo puede hacer en una carpeta, donde incluir fotos que reflejen el crecimiento de la panza y todos los comentarios o información que se quiera. Esta alternativa es especialmente interesante si la intención es compartirlo más adelante con el hijo por venir: durante su infancia le encantará saber cómo era la vida de su mamá mientras ella esperaba su llegada y disfrutará al ver las fotos y dibujos.
Consejos para el diario de embarazo
Si en algún embarazo previo la mamá realizó un diario, probablemente quiera encarar su nuevo diario de igual forma que antes, para que no haya diferencias respecto a los registros de los distintos hijos, y para poder comparar ciertos hechos y sensaciones vividos. Como cada embarazo es único y diferente, tal vez llevar un diario le sirva para tomar aún más conciencia de esto y para asumir las nuevas realidades y desafíos que le plantea esta nueva gestación.
Si en embarazos previos la futura mamá no llevó un diario, puede ser interesante hacer uno del embarazo que está viviendo, pero incluyendo datos y recuerdos de los embarazos anteriores.
Los hermanos mayores pueden colaborar agregando en el diario o álbum sus dibujos o impresiones acerca de cómo están viviendo la espera del hermanito que vendrá. Puede resultar muy útil tener un acopio de toda la información médica relacionada con el embarazo tal como los medicamentos que se tomaron, los resultados de los análisis, etc.
Si se comparte con el marido –que puede colaborar también escribiendo en él-, el diario puede ayudarle a él a comprender mejor el momento que está viviendo la futura mamá, ya que a muchos hombres les cuesta entender ciertas actitudes de la embarazada y su estado emocional.
Una vez que pase el tiempo, ambos padres pasarán muchos momentos agradables recordando los hechos que figuran en el diario. Registrarlos es un modo de asegurar la permanencia de ese embarazo en la memoria familiar. El hijo lo leerá con mucha alegría cuando sea mayor y tal vez hasta pueda mostrárselo a sus propios hijos. Es un elemento que genera un impacto emocional positivo.
Se puede llevar a cabo en un cuaderno común, pero si la intención es que sirva para la posteridad, convendrá elegir un cuaderno o agenda perpetua de buena calidad y encuadernación, para que pueda ser manipulado, leído y releído muchas veces. Si se pegan fotos, o se ilustra de alguna manera, al hijo le llamará mucho más la atención a temprana edad y accederá a él, aunque no comprenda toda la información vertida en sus páginas.
Puede pasar que sólo se quiera llevar un diario como un registro personal y no se piense en compartirlo con el hijo que vendrá o con el marido. Es el concepto tradicional de diario, que es de lectura personal y no se comparte con otras personas. En ese caso, la mamá podrá volcar todos sus sentimientos más íntimos de miedo, temor y alegría propios de este período, sin limitaciones.
Muchos álbumes para el bebé, en realidad, comienzan en el embarazo y no con su nacimiento, por lo cual, también cumplen esta función de registrar el embarazo, aunque no lo hagan de modo diario.
Aunque durante el transcurso del embarazo parezca ocioso llevar un registro pormenorizado, más adelante los propios hijos o hijas pueden hacer preguntas no siempre fáciles de responder cuando han pasado muchos años o se tuvieron varios hijos: “¿Cuántas horas trabajabas cuando estabas embarazada de mí?, “¿Sentiste muchas náuseas?”, “¿Hasta qué altura del embarazo viajaste en avión?”, ¿Adónde fueron de vacaciones?”.