Mientras el tiempo pasa, es probable que la mamá se sienta más incómoda y cansada por el tamaño de su panza, y que vuelvan algunos de los malestares del primer trimestre del embarazo (orinar con frecuencia, sueño excesivo, hambre repentina, etcétera). También, la mamá suele encontrarse alternando entre momentos de alegría y excitación y otros de franco temor.
Mónica y Carolina coinciden en su experiencia de mamás que esperan el tercer bebé: “Nunca antes tuve tanto miedo en el embarazo, miedo de que me pase algo. A diferencia de los otros chicos, en este caso tuve ese sentimiento durante todo el embarazo, no sólo al final. Tal vez por un instinto maternal de proteger también a los que ya están, no sé; lo cierto es que más que nada sentía miedo de que me pasara algo a mí en el parto”. Es la experiencia de Carolina, que acaba de vivir con éxito su tercer parto. Por su parte, Mónica dice: “Más que nada, tengo miedo del parto: del dolor, de que vaya bien, de que el bebé nazca sin problemas”. Lo cierto es que la cercanía de ese momento genera mucha ansiedad, algo que los papás no pueden comprender del todo. Carlos, por ejemplo, declara: “Podré entender las razones por las que mi mujer siente miedo, ya que se trata de algo misterioso y desconocido. Pero como los varones nunca vamos a vivir una experiencia semejante, creo que jamás podremos ponernos en su lugar”.
Y así es, tanto el embarazo como el parto se tratan de vivencias maravillosas que sólo las mamás pueden atesorar como lo más propio, y esto también hace que la conexión de ellas con el bebé sea tan especial y directa. El momento del parto pasa más rápido de lo que muchas mujeres desearían, justamente, por ese placer de atesorarlo para siempre. De todas maneras, queda en el recuerdo, el cual protege los momentos más lindos y suele desechar los sufrimientos. Si así no fuera, tal vez pocas mujeres se atreverían a repetir la experiencia.
Pero además de esta situación, hay preguntas y dudas relacionadas con estos últimos meses del embarazo (entre las semanas 28 y 38-40), de las cuales las más frecuentes son las siguientes:
¿Qué ocurre si se presenta el trabajo de parto antes de llegar a término?
Afortunadamente, y aunque no es la situación deseable, hoy la medicina neonatal está preparada para ayudar a un bebé prematuro a llegar al término de su maduración, con cuidados intensivos adecuados. Sin embargo, se trata de evitar esta situación porque lo natural es que el bebé madure durante el embarazo dentro de la panza y no en una incubadora. Si se presentan contracciones demasiado frecuentes (más de dos veces por día, y con repeticiones regulares, por ejemplo, cada hora o menos), hay que llamar con urgencia al obstetra. Existen hoy medicamentos para detener las contracciones, pero además seguramente el médico recomendará mayor descanso o incluso reposo por un tiempo variable, según el caso.
También para evitar el nacimiento prematuro se le pide a la mamá que aminore sus actividades en esta etapa (el mayor descanso favorecerá que el bebé crezca más), y que esté pendiente de cualquier síntoma de pérdida vaginal o dolor abdominal. Por eso, la mamá debe asegurarse de cómo y dónde localizar a su obstetra lo antes posible, y cómo proceder, en el caso de que tenga dudas sobre su situación de embarazo.
¿Cómo saber si los pechos están preparados para amamantar?
Conviene, desde el quinto o sexto mes de embarazo, preparar los pechos para el momento de dar leche materna al bebé, quien en la succión puede provocar lastimaduras y grietas del pezón, muy dolorosas. Una buena crema de caléndula es lo que se recomienda, para masajear los pezones dos o más veces por día. Dado que la estimulación del pezón puede generar contracciones, no debe hacerse durante más de un minuto, y habrá que detenerla si se observa que éstas aparecen. También es conveniente consultar con la obstétrica (o en el curso preparto) sobre la conformación de los pezones. Si son planos o umbilicados, por ejemplo, podrá usar técnicas que le simplifiquen amamantar.
Una forma de advertir que se está lista para amamantar es la presencia de calostro. Antes del parto, desde la semana 32, pueden aparecer unas gotitas amarillentas que no deben preocupar en absoluto a la mamá, sino todo lo contrario. Si es muy abundante y mancha la ropa, pueden usarse los protectores mamarios que vienen para tal fin.
¿Qué análisis o exámenes son aconsejables en esta etapa del embarazo?
El médico debe prepararse para una posible intervención quirúrgica (cesárea), aunque no sea lo deseado. Por eso, alrededor del octavo mes de embarazo, pedirá a la mamá exámenes prequirúrgicos como análisis de coagulación y electrocardiograma.
Además, en este trimestre suele hacerse la segunda y última ecografía (en embarazo normal o sin riesgos), que terminará por brindar los datos sobre la fecha probable de parto, en función de la medida y peso del bebé, datos que este estudio puede proporcionar con una exactitud bastante aproximada.
¿Pueden hacerse viajes en avión en este período del embarazo?
Es casi seguro que hasta las 36 semanas pueda viajarse en avión, pero en cualquier caso es algo que debe discutirse con el obstetra. Dentro del avión, la futura mamá debe permanecer sentada para evitar caídas por movimientos bruscos de la nave, y el cinturón se ubicará por debajo de la panza. Si hay riesgos de que se adelante el parto, no debe emprenderse ningún viaje, en ningún medio de transporte. En todos los casos, la embarazada no debería alejarse demasiado del lugar donde tendrá al bebé, por lo que si decide viajar en éste u otro medio de transporte, hay que tener en cuenta las posibilidades reales de regresar de inmediato, si lo necesitara.
¿Hay que tener cuidados especiales para la salud?
En realidad, siempre hay que cuidar la salud. Pero particularmente en el embarazo. Y en este trimestre, habrá que seguir alimentándose con cuidado de ingerir cosas sanas y frescas, no excederse y evitar la sal, para que no se retengan más líquidos y la mamá no se sienta más pesada. El bebé sube la mayor cantidad de peso en las últimas 13 semanas, algo que repercute en el peso de la mamá, y es común que hasta necesite zapatos más holgados. Las actividades y ejercicios deben atenuarse y en ningún caso provocar que la mamá se sienta exhausta. Caminar y nadar es lo más recomendable. Hay que tomar mucho líquido y tener cuidado al agacharse, para mantener el equilibrio y evitar dolores de espalda.
El gran momento está por llegar. Todos los cuidados que la mamá pueda tener son, en realidad, el regalo que ella le hace a su hijo, ya que el mejor estado de su salud significa el mejor estado de la salud del pequeño. Por eso, más que sacrificios en la maternidad, hay generosidad.
Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp