Las proteínas del calostro contienen grandes cantidades de anticuerpos que defienden al bebé de muchas enfermedades. Además, tiene un efecto laxante y lo ayuda a eliminar el meconio, que son esas primeras deposiciones pegajosas y oscuras acumuladas en el intestino del bebé antes de nacer.
Con la succión, la cantidad de calostro aumenta y se va haciendo gradualmente más blanco y espeso hasta convertirse en leche. La leche bajará en pocos días y la mamá comenzará a sentir que los pechos están llenos. La frecuencia con la que se amamante al bebé evitará que estos se congestionen.
Consejos prácticos a la hora de amamantar
Normalmente, los bebés maman de 10 a 15 minutos de cada lado en los primeros días. Antes, las mamás medían ese tiempo para limitarlo y “organizar” al bebé. Hoy se considera que lo importante no es contabilizar los tiempos, sino comprobar que el bebé está satisfecho.
Una manera práctica de comenzar con el proceso es ofrecerle al bebé el primer pecho y dejarlo mamar hasta que quede satisfecho.No hay que limitar la duración de la toma con el objetivo de que mame del otro lado, pues esto puede hacer que se pierda de tomar la leche más rica en grasas, que aparece al final.
Si después de mamar del primer pecho todavía se muestra interesado, ofrecerle entonces el segundo, sabiendo que es probable que succione menos. En la próxima comida, entonces, habrá que empezar por ofrecerle ese último pecho.
Si el bebé hace pausas muy largas mientras está succionando, empujar su mentón hacia arriba puede estimularlo.
Si duerme mucho, pueden probarse algunos suaves estímulos para despertarlo, como quitarle los pañales o acariciarlo.
Durante las primeras semanas los bebés maman cada dos o tres horas, día y noche. Ese tiempo debe calcularse desde el momento en que inicia la succión. A medida que el bebé crece, la frecuencia entre las tomas es de tres a cuatro horas durante el día y una o dos veces en la noche.
El amamantamiento durante la noche evitará la congestión mamaria y ayudará a mantener una buena producción de leche.
Durante los períodos de crecimiento del bebé, las demandas de leche materna serán más frecuentes. Esto aumentará la producción de leche para cubrir las necesidades de esta etapa.
Entre pecho y pecho, y al finalizar la toma, es conveniente estimular al bebé para que haga su "provechito". Para lograrlo, se lo coloca sobre un hombro, de modo que ejerza presión sobre su pancita, a la vez que se le acaricia la espalda con movimientos desde arriba hacia abajo.
Si el pecho está muy cargado, se recomienda extraer un poco de leche para aliviar la tensión.
Durante la lactancia, la mamá debe tener en cuenta lo siguiente:
- Alternar las posiciones en cada toma.
- Incorporar a la dieta frutas, verduras crudas y cereales.
- Ingerir abundante líquido.
- Descansar mientras el bebé duerme.
¿El bebé se está alimentando bien?
Algunas pautas para establecer si es así, son estas:
- Se alimenta entre 8 y 12 veces por día, y se lo escucha tragar.
- Moja seis pañales diarios y tiene varias deposiciones líquidas de color mostaza.
- La curva de peso debe aumentar día a día.
¿Se ve afectada la lactancia materna según el tipo de parto?
- El bebé podrá ser alimentado de la misma manera aunque haya nacido por parto normal o por cesárea.
- En caso de mellizos, con un poco de habilidad y ayuda, es posible amamantar a dos bebés simultáneamente.
- Si el bebé nace prematuramente, es muy probable que pase un tiempo antes de poder ponerlo al pecho, porque no está preparado para succionar. Esto no impide que el bebé se alimente con la leche de su mamá, quien puede extraérsela para dársela luego. Además, así se mantiene la producción de leche hasta que el bebé esté en condiciones de mamar.
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