Un panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado por la OPS/OMS (Organización Mundial de la Salud) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación), ubica a la Argentina primera en el ranking regional de obesidad.
Según este informe, casi el 10% de los niños menores de cinco años padecen el problema. Se estima que, en 2014, 41 millones de niños menores de 5 años presentaban sobrepeso u obesidad, de los cuales más del 80% viven en países en desarrollo.
Según un estudio publicado por Unicef (1), la epidemia de la obesidad, que se extiende a toda la población, obedece principalmente a factores socio‐ambientales y culturales, patrones de consumo y al advenimiento de nuevos estilos de vida, como el creciente gusto por productos de bajo valor nutricional y alto contenido de azúcar, grasas y sal; la ingesta habitual de bebidas azucaradas y la falta de actividad física.
Hace falta respetar la incorporación de alimentos saludables a su debido tiempo
Si bien los motivos que nos llevan a este triste ranking son varios, profesionales de CESNI (Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil) advierten que el tipo de alimentación en sus primeros años de vida y los hábitos de la familia incidiría en el peso del niño. “La exposición a los alimentos en la primera infancia (0 a 3 años) cumple un rol trascendente en la conformación de hábitos para toda la vida, ya que en esa etapa se forman circuitos cerebrales de gratificación y/o recompensa que consolidan conductas alimenticias a futuro”. (2)
Los números muestran que 3 de cada 10 niños incorpora antes de los seis meses, líquidos y/o alimentos a su dieta, cuando la lactancia materna debiera ser su alimentación exclusiva. Entre los 6 meses y el año de edad, momento en que se inicia la alimentación complementaria (la incorporación de sólidos y semisólidos a la dieta de leche materna) 1 de cada 3 actos de ingesta corresponden a alimentos poco saludables, como bebidas azucaradas, galletitas dulces y facturas, golosinas, pizzas, empanadas o sándwiches.
La incorporación del niño en las rutinas familiares, como sentarse y compartir la mesa - hábito bueno-, les abre camino a probar alimentos y/o bebidas que no debieran - hábito malo-. A partir de esta situación, además, los padres dejan de cocinar recetas exclusivamente para ellos, incorporando, entre otras, comidas procesadas.
Estas conductas afianzan un estilo de alimentación poco favorable en el largo plazo. “Es decir que la incorporación precoz de alimentos ricos en azúcares, sodio y grasas no solo disminuye la calidad global de la dieta, sino que puede interferir con los complejos fenómenos hipotalámicos que determinan nuestras preferencias alimentarias a lo largo de la vida”, precisó el pediatra, Esteban Carmuega, Director de CESNI.
Porcentajes de la dieta de los niños relevado por CESNI:
• 35% de panificados y galletitas ricos en azúcares y grasas
• 18% jugos y gaseosas
• 10% pizza, empanadas y sándwiches
• 37% estuvo compuesto por otros diversos tipos de alimentos de pobre calidad nutricional.
El Dr. Carmuera también sostiene que cada día hay más evidencias que confirman una relación entre el peso de la madre durante el embarazo y el niño. “El riesgo de obesidad en la progenie es 48% mayor en las madres que tuvieron una progresión superior a las recomendaciones”. Tampoco deja de lado a los padres, ya que el esperma de padres con exceso de peso también genera mayor riesgo de obesidad.
La salud de los padres, el embarazo de la madre y la alimentación del hijo en sus primeros dos años, marcarán la salud del niño. Estos mil días son considerados una ventana única de oportunidad como condicionantes de la salud y del desarrollo integral de una persona en la adultez.
Obesidad Infantil en los escolares
"La obesidad es un fenómeno global que no parece ceder y que impacta con mayor intensidad en nuestros países" -dice Esteban Carmuega. Y continúa, “hoy, uno de cada cuatro escolares tiene sobrepeso. Probablemente la mayor parte de ellos serán adultos obesos y el tratamiento es poco eficaz. En 30 años, nuestras guardias estarán colapsadas de diabetes e infarto temprano."
Según la OMS, el cambio dietético mundial hacia un aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes saludables. Por otra parte, la tendencia a la disminución de la actividad física debido al aumento de la naturaleza sedentaria de muchas actividades recreativas, el cambio de los modos de transporte y la creciente urbanización.
El sueño, también influye
"Cuando los chicos duermen menos, especialmente en los preescolares, hay tendencia a engordar -agrega el científico-. Y esto ocurre por el uso de las pantallas, la oferta de TV... El ocio se ha hecho más divertido. Los padres estamos más tiempo fuera de casa y mucha de la interacción se da en ese momento. También, las actividades paraescolares son cada vez más."
¿Qué pasa con los adolescentes?
Por su parte, los adolescentes, también muestran índices que favorecerían el crecimiento del índice de obesidad. Con respecto a los indicadores relacionados con la ingesta alimentaria se observó que el 7% de los adolescentes reportaron comer en locales de comida rápida al menos 3 o más días durante los 7 anteriores a la realización de la encuesta. Respecto al consumo de frutas y verduras, 17,5% de los adolescentes consumió al menos 5 veces al día frutas y verduras durante los 30 días previos a la realización de la encuesta. Respecto al consumo de bebidas azucaradas el 47,9% de los adolescentes refirió haber bebido 2 o más veces por día bebidas con contenido de azúcar durante el último mes previo a la encuesta.
- El sobrepeso en adolescentes aumentó un 10% entre 2017 y 2012.
- 50% de la población adolescente lleva una vida sedentaria.
- Los varones tienen casi el doble de sobrepeso que las mujeres.
- 7 de cada 10 adolescentes probaron alcohol y/o tabaco antes de los 14 años.
- Los adolescentes con sobrepeso tienen un 25% más de probabilidades de fumar y el 26% de consumir alcohol.
- Los adolescentes con sobrepeso tienen un 21% más de probabilidades de sufrir bullying.
- A menor nivel socioeconómico, mayor probabilidad de sobrepeso.
Fuentes consultadas:
(1) Brechas sociales de la obesidad en la niñez y adolescencia, FIC y Unicef, Septiembre 2016. https://www.unicef.org/argentina/spanish/Salud_U-InformeObesidad2016ok.pdf
(2) http://www.cesni.org.ar/2017/04/estudio-de-alimentacion-en-la-infancia-temprana/