Las madres, a través de sus relatos, canalizan su propia experiencia con consejos personales para que otras madres se rían con ellas y ¿por qué no? compartan también sus historias. Este fenómeno invita a conocer otros modelos de maternidad y sentirse identificada con otras madres.
La maternidad se humaniza
Lejos queda el estereotipo de madre perfecta.
Las madres admiten que se confunden y se animan a compartir sus errores. En este compartir rompen con la idea de que sólo hay una versión válida de ser madres. No existe la madre perfecta, sino que muchas madres reales.
Las redes sociales son una herramienta para la maternidad, crean un espacio donde las madres se pueden sentir identificadas, acompañadas y perderle el miedo a no ser la mamá perfecta.
Te compartimos dos estilos de maternidad. Con humor, realismo y cariño, estas madres instagramers lograron crear comunidades que funcionan de conexión entre madres que viven situaciones parecidas.
Beta Suárez empezó a escribir sobre maternidad hace once años. Es licenciada en Comunicación, escritora y publicó un libro “Las Madres Tenemos Derechos” (editorial Planeta).
Beta no busca dar tips, ni ser un ejemplo de crianza, invita a sus seguidores identificarse con su experiencia. Logra poner en palabras, con ironía, simpleza y sinceridad, esas cosas que nos pasan a todas las madres.
Como madre de adolescentes lo interesante de su perfil es encontrarse con reflexiones de todos sus años acumulados como madre. La escritora entiende cómo la maternidad atraviesa todos los aspectos de nuestra vida e impulsa a las mujeres a crear su propia definición de maternidad.
Está permitido reírse de una misma @mamailustrada
Natalia Sabransky es una ilustradora que logra con humor ilustrar esas situaciones diarias que vivimos las madres. En sus dibujos aparece ella, su hijo Santiago y su marido Gastón.
Mamailustrada creó un espacio de humor donde se ríe de ella misma e ilustra la dura labor de la maternidad. Su objetivo es demostrar que todas vivimos situaciones parecidas.
Un papá con barba nos da la posibilidad de entender un poco qué le pasa por la cabeza a los papás. Alejandro nos relata su día a día junto a su mujer y sus dos hijos varones, cuenta sus dudas y se anima a hablar de sus miedos como padre.
La idea nace durante el primer embarazo, cuando Alejandro tiene la necesidad de buscar información para padres primerizos. Es poco el material no escrito por mujeres, dirigido a mujeres. Un papá con barba se animó a exteriorizar sus sentimientos y se mostrarse vulnerable. En su perfil, la voz masculina encuentra ese espacio, y el padre primerizo que se convierte en padre, se siente acompañado.