Nos encontramos frente a un cambio de paradigma: se repiensa la forma de ejercer la paternidad y en este proceso se redefine la estructura familiar completa. Se rompe con una generación de padres donde la crianza, las decisiones cotidianas y la demostración de afecto era campo exclusivo de la madre. Hoy encontramos papás que se involucran más, no tienen vergüenza de ser afectuosos, y eligen estar presentes en la crianza de sus hijos.
Hace algunos años se asociaba la paternidad con ciertos estereotipos de masculinidad: un hombre (padre) debía ser fuerte, proveedor, no llorar, ser inteligente, viril y, por supuesto, nunca expresar sus emociones. La nueva paternidad que hoy observamos, redefine esa masculinidad y la forma de ser padre. Los padres hablan de sus miedos, sentimientos y alegrías.
Este proceso es parte de un escenario social en movimiento. Las mujeres se incorporan cada vez más al mercado laboral, rompen con el paradigma de padre proveedor y modifican la estructura familiar. Hoy padre y madre comparten la responsabilidad del mantenimiento económico del hogar
¿Qué beneficios tiene para los hijos tener un papá activo?
La presencia activa de la mamá y del papá, desde el nacimiento, beneficia al bebé en su desarrollo emocional y psicológico. La copaternidad desarrolla un habiente de igualdad, afectividad, contención, seguridad y bienestar para toda la familia. Los niños que crecen viendo a sus padres involucrarse responsablemente en casa tienden a replicar su ejemplo.
Según UNICEF la paternidad activa impacta directamente en los niños de esta forma:
- Influye en su desarrollo, son niños más sanos.
- Los ayuda a generar una autoestima más fuerte.
- Crean un vínculo sólido y de calidad con sus padres.
- Son niños que desarrollan más habilidades sociales.
- Tendrán un mejor desempeño escolar.
- Obtendrán un mayor bienestar psicológico.
- Contarán con más herramientas para enfrentar las dificultades que se le presenten en la vida.
- Serán niños y niñas más felices.
Algunos consejos o ideas que apoyan a los padres para ejercer una paternidad activa:
- ATENCIÓN.
Prestar atención a lo que nos quieran compartir (sea con palabra o gestos). El contacto visual es una buena forma de demostrar interés. - CONTENCIÓN.
Cuando estén angustiados, con miedo o enojo abrazarlos o tomarlos de la mano. - DIÁLOGO.
Toda excusa es buena para hablar. Pueden hablar sobre lo que sucedió durante el día, actividades que les gusta realizar, etc. - LIMITES.
Son necesarios, pero siempre es preferible impartirlos de forma respetuosa. - TAREAS DOMÉSTICAS.
Compartir las tareas domésticas en la casa potencia un ambiente de igualdad y cooperación familiar. - TIEMPO DE CALIDAD.
Un paseo, el momento antes de dormir, el baño, la comida, juegos, son siempre buenas opciones. - LOGROS.
Festejar sus logros y sus aprendizajes potencia el desarrollo de confianza. - AMOR INCONDICIONAL.
Siempre que puedas, hacé que se sienta querido.
Ejercer una paternidad activa no siempre es una tarea sencilla. Hay determinados factores que pueden obstaculizarla:
- EL STRES: laboral, económico y/o emocional.
- SER TRABAJÓLICO: dificulta generar espacios para compartir.
- LOS CONFLICTOS (constantes y/o de alta tensión) con la madre. Obstaculizan una buena relación padres/hijos.
- LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR (tanto entre la pareja como el maltrato infantil). Perjudica la relación hijos/padres.
- LAS TECNOLOGÍAS: La televisión, la computadora, el teléfono celular y/o otras. Pueden ser distractores que dificultan a los padres estar presentes.
- PAPÁS AYUDANTES: Creer que el cuidado de los hijos es tarea de las mujeres y que los padres son “ayudantes”. Pone en problemas a la relación con los niños, niñas y adolescentes. Los padres son considerados como no importantes y reemplazables.
- INDIFERENCIA: No estar atento a las necesidades de tu hija/o.