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El padre durante el embarazo

Cómo acompañar a la mujer en el embarazo

Aunque es la mujer la que lleva durante nueve meses al bebé en su panza, el lugar del padre es tan importante como el de la mamá, porque lo complementa. Contención, compañerismo, paciencia y saber escuchar son algunas de las virtudes para poner en práctica. Concentrarse en las necesidades físicas y psicológicas de la mujer ayudará al papá a vivir su paternidad con mayor plenitud.

Si bien los papás tienen un rol vital en todo el embarazo, es en el tercer trimestre cuando comienzan a desempeñar un papel fundamental en el acompañamiento de la futura mamá. Con el crecimiento de la panza y el parto próximo, la llegada del bebé ya es una realidad cercana y los papás que todavía no caían en la cuenta de que esperaban un hijo, suelen comenzar a ser más participativos.

El tercer trimestre del embarazo está signado por el tamaño que adquiere el cuerpo de la mujer y por la ansiedad respecto del parto y del futuro bebé. La panza crece aceleradamente, lo cual implica -en la mayoría de los casos- no dormir bien, sentir fatiga al caminar y dificultades al respirar. En algunos casos, también pueden manifestarse hipertensión, retención de líquidos y/o dolores de espalda producidos por el aumento de peso. Por eso, a medida que se acerca la llegada del bebé y son necesarios los preparativos para el parto, el lugar del papá se vuelve importantísimo para darle comodidad y tranquilidad a la futura mamá.

La asistencia a las charlas de preparto, la ayuda en casa y la participación activa en temas relacionados con el bebé por parte del futuro papá, hará que la mujer sobrelleve mejor las molestias del tercer trimestre y encare un parto feliz. 

Las emociones del futuro papá ante el parto inminente

“En este último tiempo del embarazo de mi mujer estoy contento, ansioso y, la verdad, es que también estoy... asustado”, cuenta su experiencia de papá primerizo Andrés Aroles.

Los futuros papás viven esta etapa con muchas dudas porque aunque físicamente no sienten cambios ni molestias, el futuro los preocupa. La cuestión económica relacionada con la crianza del hijo, su desempeño en el parto, el miedo por la salud de su mujer y por cómo cambiará su matrimonio a partir de la llegada del bebé, son algunos de los temas que rondan por sus cabezas. Se recomienda siempre expresar las preocupaciones y utilizar el espacio que otorga el curso de preparto para despejar dudas y compartir los miedos, para que obtengan fortaleza y puedan ser un sostén de su mujer.

Las emociones de la futura mamá con respecto al padre

Es sabido que la embarazada pasa por distintos estados de ánimo a lo largo de todo su embarazo. Para lo hombres es difícil interpretar las sutilezas y los detalles en los estados de ánimo de una mujer. Por eso es importante mantener un diálogo fluido y sincero. Sin ocultamientos.  

Ya superada esta etapa, Isabel Jutterpeker recuerda que, a pesar de que había engordado 20 kilos, que veía sus piernas como “patas de elefante” por la retención de líquidos y que los zapatos ya no le entraban, a ella le encantaba cuando su marido le decía algo lindo: “que me elogiara el color de la ropa o cómo me quedaba alguna prenda me hacía sentir muy bien, porque estaba muy incómoda con mi cuerpo”. Sin embargo, manifestó un deseo inconfesable y consistió en que él hubiera elegido por sí solo algo para la beba, aunque fuera una batita; le hubiera gustado. En cambio, sintió que él siempre delegó las decisiones en ella. "Desde el arreglo del moisés, hasta la ropita. A mí me hubiera gustado compartir con él estas cosas”.

Un marido compañero no sólo será un gran apoyo en esta etapa para las necesidades psicológicas de la embarazada, sino también en sus necesidades prácticas -será clave su papel para asegurarle un buen descanso y relevarla cuando sea necesario o suplantarla en algunas de sus tareas-. Por eso, a pesar de todas las dificultades que surjan en este período, vale la pena compartir estos momentos ya que finalmente recibirán juntos al bebé.

Algunas sugerencias que pueden poner en práctica los futuros papás:

  • Acudir juntos al curso de preparto, a charlas informativas o a clases de gimnasia para embarazadas e ir a las consultas con el obstetra.
  • Procurar alivio físico a la futura mamá: hacerle masajes, relevarla en tareas de la casa y darle oportunidades de descanso.
  • Compartir decisiones y ofrecer su ayuda en todo lo relacionado con la llegada del bebé: participar en la elección de la ropita o en la decoración del cuarto.
  • Escuchar cuando la futura mamá expresa sus sentimientos y necesidades: esto la ayudará a aliviar tensiones (ya que a algunos hombres les cuesta “adivinar” qué siente una embarazada).
  • Hablarle o cantarle al bebé cuando está en la panza es una buena forma de conectarse con él y ayuda al papá a tomar conciencia de la situación. Una vez producido el parto, la presencia del papá será reconocida por el bebé a través de su voz y puede calmar su llanto.
  • Dialogar mucho con su mujer, el obstetra y con quien dirija el curso de preparto.
  • Tener mucha paciencia y comprensión hacia la embarazada. La emotividad de la mujer está muy a flor de piel y esto la hace muy susceptible.
  • Tiene que ejercer un papel de “diplomático” entre su mujer y el entorno: resolver situaciones de último momento o estresantes para la embarazada es fundamental.
  • Concentrarse en las necesidades físicas y psicológicas de su mujer durante esta etapa lo ayudará a cumplir un papel muy importante en el trabajo de parto.

Los profesionales que dicten los cursos de preparto tienen que transmitirle a los padres que también son protagonistas y actores fundamentales en este proceso, y darles confianza respecto de que desempeñarán bien su paternidad. 

La vida de pareja durante el tercer trimestre

Muchos futuros papás se preocupan por el impacto de las relaciones sexuales durante el tercer trimestre. Sin embargo es importante que sepan que no afectan negativamente al bebé sino todo lo contrario. Todo lo que hace bien a la mamá, hace bien al bebé. Sí hay que tener mucha imaginación para encontrar posiciones adecuadas que no molesten a la embarazada. Además de las consecuencias benéficas derivadas del bienestar psicofísico de los futuros papás producto del contacto sexual, el semen contiene prostanglandinas que ayudan a madurar el cuello del útero. Cuando el parto se atrasa, las relaciones sexuales colaboran en que éste se aproxime. De todos modos, es necesario el aval del médico y que no haya ninguna contraindicación de su parte para mantener relaciones sexuales en esta etapa del embarazo. Tal vez, te interese leer Sexualidad y embarazo. 

También puede pasar que la futura mamá no se sienta cómoda con su cuerpo y no se encuentre plenamente dispuesta a tenerlas. En este caso, se recomienda comprensión, así como es conveniente anticipar al papá que, luego del parto, retomar la vida sexual llevará un tiempo ya que probablemente la mamá no tendrá fuerzas ni ganas de encararla. Se aconsejó mucho amor y un poco de imaginación para que en esta etapa la vida sexual sea placentera para ambos miembros de la pareja y que se eviten los conflictos y malentendidos por este tema.

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