El juego es uno de los más importantes pasos en la estimulación de un bebé. Pero también es una buena forma de incrementar los vínculos afectivos entre él, sus papás y el resto del entorno que los rodea. Por eso, en esta etapa entre los 6 y los 8 meses, en la que el niño ya realiza movimientos más coordinados, es capaz de utilizar juguetes con más intención y explorarlos, ya se sienta solo y comienza a intentar el gateo, entre otras habilidades, la colaboración y la compañía de sus papás es muy recomendable.
En general, en padres que trabajan fuera de la casa, el tiempo para lo lúdico durante los días laborables es poco. Por eso, hay que aprovechar los fines de semana y dedicar un rato cada día. La culpa no es buena compañera, por eso hay que disfrutar cada momento que se comparta con el bebé, hasta si se lo lleva al supermercado.
Algunas de las actividades que se pueden hacer con el niño en este período:
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Desarrollar la postura a través del juego, ya que alrededor de los seis meses es cuando comienza a mantenerse sentado, primero con la ayuda de almohadones y luego por sí mismo. Un tambor, por ejemplo, es un buen juguete para este momento.
- Jugar en el suelo ayuda a estimular el gateo y la coordinación general de su motricidad. El bebé comienza a rodar sobre sí mismo, por ejemplo. Un túnel o una sencilla caja de cartón abierta por los dos lados pueden ser un buen incentivo. Y el aplauso de los papás ante cada nuevo logro también.
- Colocar al bebé boca abajo en el suelo y dejarle cerca un juguete conocido por él es otra forma de estimularlo para el gateo.
- Reconocerse en el espejo también es una capacidad que el bebé desarrolla en este tiempo. Darle un espejo de plástico irrompible o ponerlo frente a uno de vidrio lo ayudarán en esta habilidad.
- Jugar al escondite –o al “cuco”- también es otra manera de que él aprenda a reconocer cuando lo llaman por su nombre e incentiva su instinto de búsqueda.
- Darle libros de plástico, sumergibles, para el momento del baño. Cuando se dispone de poco tiempo para compartir con el bebé, se puede jugar con él hasta en ese momento.
- Pasarle una pelota e incentivarlo a que el niño haga el mismo movimiento.
Algo importante, especialmente en estos tiempos en que la economía familiar suele ser difícil de manejar, es que en esta etapa los bebés se entretienen mucho con las cosas que los rodean. Una botella de plástico rellena de papelitos de colores, por ejemplo, es muy sencilla de hacer y le ayuda a aprender a hacer rodar las cosas para luego buscarlas. Improvisar juegos con elementos de uso diario, como una cuchara de madera y un recipiente a la manera de un tambor también es recomendable como estimulación para el conocimiento.
Hacer crecer el vínculo entre los papás y el bebé a través del juego es una manera más de demostrarle amor. Un beso después de que el niño agarró un juguete que estaba lejos o cuando se paró en la cuna para hacer que el móvil se mueva, es un gesto que el bebé sentirá como un signo de que hizo algo bien y de que sus papás lo aman.
Los Juguetes
- Túnel para gateo.
- Libros de cuento flexibles y sumergibles.
- Cubos blandos de tamaño grande.
- Pelotas blandas.
- Juguetes con ruedas (pero que no sean extraíbles)
- Sonajeros y otros elementos que hagan ruido.
Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp