Llegar al año es un momento especial en la vida de los bebés. Aparecen las primeras palabras, incorporan nuevas habilidades y en la mayoría de los casos también comienzan a caminar con independencia. Por eso que su alimentación debe acompañar estos nuevos movimientos que le hacen quemar más calorías.
El niño a partir del año debe realizar al menos cuatro comidas y dos colaciones diarias. Los bebés que todavía disfrutan de la lactancia materna en general la toman en el momento del desayuno y es también la última comida del día, antes de irse a dormir.
En este período es cuando terminan de incorporar alimentos hasta ahora vedados, como la miel, por ejemplo. Y es también cuando pueden compartir la mesa familiar, y aunque sea pisado, comer lo mismo que están comiendo los padres. Esta es una forma de integración muy buena para el niño y una forma de educarlo en la mesa, en el uso del tenedor o la cuchara, ya que el bebé está en plena etapa de aprendizaje de la autoalimentación.
Las proteínas juegan un papel fundamental para un crecimiento sano del bebé. Carnes rojas, pescados, huevos y granos deben formar parte de la dieta, bajo diversas preparaciones y modos de cocción.
Algunas recomendaciones útiles para esta época
Acostumbrarlo a beber agua, jugos naturales y leche cuando tiene sed. Evitar los jugos concentrados y las bebidas gaseosas.
Darle frutas en las colaciones y como postre después de las comidas.
Incorporar hortalizas en las comidas, cocidas al vapor, a baño María o hervidas.
Los niños deben comer diferentes alimentos en cada ingesta, especialmente en el almuerzo y la cena. En el libro “Comidas sanas para sus hijos”, se sugieren las siguientes proporciones:
- 33 por ciento de alimentos vigorizantes: frutas, ensaladas y hortalizas.
- 33 por ciento de alimentos energizantes: papas, pastas, arroz integral, pan integral y avena (aquellos que contienen almidón).
- 15 por ciento de proteínas: carnes magras, pescado, huevos, legumbres.
- 15 por ciento de lácteos: preparaciones con leche, yogurt, quesos.
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4 por ciento de grasas: manteca, crema, aceites y azúcares. También se incluyen aquí el chocolate, los helados y las preparaciones sobre la base de harinas blancas, como las facturas, la pizza o el pan común.
Cumpleaños y Golosinas
Uno de los problemas de los papás de niños de un año es que en general es en este momento cuando comienzan a ir a cumpleaños y prueban las golosinas, por ejemplo. Y es difícil que a un chico no le gusten los caramelos y los chupetines. Es importante tener control sobre lo que comen cuando asisten a este tipo de eventos. Una buena opción es poner en la mesa de los niños cereales en lugar de los clásicos snacks (papas fritas, palitos salados, bastoncitos de queso), jugos naturales en lugar de gaseosas y en la bolsita de souvenirs, en lugar de golosinas, regalar pequeños juguetitos o alguna manualidad del mismo motivo que la celebración.
Educar en la alimentación a los niños es fundamental para evitar posteriores problemas, como la obesidad, la diabetes infantil o las caries. Y es un modo más de demostrarles todo lo que se los quiere. Un niño sano es un niño que puede disfrutar de las cosas a pleno, pero sin hacerse daño.
Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp