En todos los casos, hay experiencias que se repiten y otras que varían, de acuerdo con cada mamá y cada bebé. Por eso, mamás que tuvieron más de un hijo cuentan cómo cada uno de los partos fue distinto del otro. “Tengo tres hijos, y los tres partos fueron absolutamente diferentes. El primero fue muy complicado, en cambio con mi tercera hija casi tengo el alumbramiento en un pasillo del sanatorio”, recuerda Bárbara Freggiaro. Por eso, es importante que las mamás tengan en claro que cada caso es particular, y que las experiencias de parto son propias de cada mujer.
A grandes rasgos, un parto pasa por diferentes etapas que son comunes a todos:
- En la primera etapa, que puede durar de 6 a 10 horas, comienza a volverse más liso y delgado el cuello del útero, al tiempo que se inicia la dilatación. Las contracciones todavía son breves y esporádicas. Cuando son más largas y frecuentes, el cuello comienza a desaparecer y el bebé, que se acomoda en la pelvis, baja. Las contracciones más fuertes son para dilatar del todo el cuello, que finalmente desaparece. El canal ya está abierto para que el bebé descienda.
- Aquí es donde comienza la segunda etapa. El cuello está completamente dilatado -10 centímetros-, el bebé está bajando por la pelvis y la mamá está pujando para ayudarlo a salir. Este momento puede durar minutos u horas, no existe un tiempo exacto. Y el dolor de las contracciones varía con cada mujer y con cada parto. El mismo cuerpo la ayudará a expulsar al bebé. El nacimiento está próximo. En un parto normal, por lo general el bebé sale de cabeza por la abertura vaginal. En ese instante, la mamá sentirá alivio y si todo está bien, con unos pocos pujos el resto del bebé saldrá a la vida. El médico o el papá -asistido por el médico- cortará el cordón umbilical.
- Durante la tercera etapa se produce la expulsión de la placenta, que puede durar entre cinco minutos y media hora. Este período va acompañado de contracciones, a veces sin sensación en la madre.
- Cuando ya se expulsó la placenta, el médico la retirará para analizarla y revisar el interior de la mamá. Una vez realizado esto, si no se encuentra ninguna anormalidad, se procede a coser –si es que hubo algún desgarro o se llevó a cabo una episiotomía- y se realizan procedimientos y análisis, como el control de la temperatura y la presión.
- Aquí llega el momento del gran encuentro: de la mamá y el papá con el bebé que acaba de nacer, y del bebé con el mundo que lo rodea.
Antes, durante y después del parto
El curso de psicoprofilaxis ayuda a llegar mejor preparada al momento del parto. Durante la primera y la segunda etapa especialmente es de gran colaboración la presencia de la obstétrica junto a la mamá. Cambiar de posición, moverse, caminar, son buenos ejercicios para los primeros momentos del trabajo de parto. La respiración y los ejercicios de relajación tienen una buena incidencia en la tranquilidad de la mamá.
La mamá debe tener conciencia de su cuerpo y tratar de seguir los requerimientos que naturalmente éste le pide, como alguna postura en especial, por ejemplo, que disminuya el dolor. Es muy importante que la madre llegue al momento del parto lo más descansada posible, para tener la energía necesaria durante todo el proceso.
Los minutos posteriores al parto son claves para comenzar una buena relación entre la mamá, el papá y el bebé. No hay que tener vergüenza de pedir a los familiares presentes algún momento de intimidad.