Tal vez el cumpleañero también esté pendiente del acontecimiento o, quizás no. Lo cierto es que si se quiere asegurar su entusiasmo y su participación en el evento, habrá que tener en cuenta sus gustos y personalidad e ir preparándolo unos días antes para ese momento.
Una de las primeras cosas para considerar son los invitados. Por lo general, en las primeras fiestas hay muchos adultos y pocos niños, especialmente si se trata del primer hijo o nieto en una familia.
Por eso, si son pocos niños, tal vez no vale la pena invertir en una animación tan completa, y sí en algunos elementos de cotillón, para que la animación del festejo la encaren los papás con los juegos que más divierten a su hijo. Las personas más conocidas por el bebé, con las que tiene confianza para jugar, serán las presencias fundamentales de la fiesta. Pocos invitados, pero muy bien elegidos, es en esta primera fiesta uno de los secretos para que el homenajeado no se canse demasiado.
Otro punto importante es el horario de realización de la reunión. Hay que elegir el más conveniente para el pequeño y no el que coincida con su hora de siesta o comida importante. Se aconseja que la duración de la fiesta no sobrepase las dos horas, ya que se corre el riesgo de que el chiquitín se canse y no esté dispuesto a colaborar para soplar las velitas o cantar el feliz cumpleaños.
Si se van a presentar elementos en la decoración o cotillón que sean desconocidos para el bebé, es conveniente prepararlo previamente, para que no se asuste con los globos y demás adornos.
Fiestas temáticas
Las fiestas temáticas son aquellas cuya animación ronda sobre un argumento o personaje principal. Para el primer año se recomiendan personajes como los Teletubbies, Winnie the Pooh, Mickey y sus amigos o, si el homenajeado no conoce estos personajes, la animación también puede ser sobre animales de granja u otro tema que él prefiera. Los títeres, siempre presentes en las animaciones infantiles, también deberían recrear alguna historia relacionada con estos personajes.
Los animadores de fiestas infantiles aconsejan que para el primer cumpleaños no se presente un personaje disfrazado en el momento de la torta -un clásico en las fiestas temáticas- ya que muchos niños se asustan. De todas maneras, si se elige esta opción, quien se disfrace debe ponerse la máscara delante de los niños, para que no haya sustos.
Finalmente y como cierre de este evento especial que es el primer año, es divertido para los niños que el tema elegido se extienda a la decoración: piñata, vasos, servilletas, manteles y hasta souvenirs, pueden elegirse dentro de esta variante.
La mamá también festeja
Si bien la fiesta está pensada para el cumpleañero, la mamá también tiene mucho que festejar en este primer aniversario. Seguramente fue un año arduo, de muchas satisfacciones, pero también de mucho trabajo.
Se preocupó por el sueño del bebé y por su alimentación, alivió los dolores de la dentición y pasó noches interminables tratando de que pasaran sus cólicos. Lo dejó al cuidado de otra persona para ir a trabajar o para ir al cine. Tuvo que cuidarlo cuando se enfermaba y también tratar de seguir su vida como mujer y esposa, tratando de cuidar al mismo tiempo los diferentes papeles que implica este hermoso pero difícil camino hacia la formación de una familia.
Pero algo, sin dudas, ocupó un lugar importante en su corazón y en su cabeza. Pensó todo el tiempo en cómo estaría su bebé en ese momento tan especial que es el primer cumpleaños.
“Se nota en las madres una ansiedad especial por este primer cumpleaños”, cuenta la psicopedagoga Daniela Rago. Los preparativos comienzan con muchos meses de anticipación y son muy cuidadosas en todos los detalles, desde la ropita del cumpleañero, pasando por las invitaciones, la decoración del lugar y la torta que van a poner en la mesa.
Es que el primer año de un hijo siempre es un momento especial para la familia
Por eso, la mamá del homenajeado también quiere darse algunos gustos especiales en esta fiesta: invitar a más amigos adultos, disponer adornos especiales en las mesas o contratar una comida distinta. Es bueno que lo haga porque se lo merece. Es una fiesta para disfrutar, con un motivo de festejo muy especial: pasó el primer año, una gran parte de la tarea de criar a su hijo está bien cumplida.