Motricidad gruesa: Subir las escaleras de rodillas es una actividad irresistible. También, a su manera, empieza a jugar a la pelota.
Persona social: Con su recién adquirida habilidad para correr y trepar, es especialista en desaparecer de la mirada de los padres. Se muestra más emocional: si se lo reta, llora; y sonríe cuando se lo felicita. Se da cuenta cuando falta la gente que conoce. Cuando se enoja, puede llegar a pegarle al objeto de su agresión.
Comunicación: Además de “mamá”y “papá” ya pronuncia cerca de 15 palabras y entiende muchas más. Pronto aprenderá a armar frases sencillas. Casi sin darse cuenta, los padres empiezan a hablarle con tonos más adultos y frases más largas. Esto es importantísimo para su desarrollo: cuanto más escuche, más palabras podrá incorporar a su vocabulario.
Motricidad fina: Seguramente sorprenderá a los papás con pequeñas acciones, como tomar de la taza o abrir cierres. Lo que luego es habitual en el adulto es todo un descubrimiento para él.
Por favor recordá que estos hitos del desarrollo son aproximados, dado que cada bebé es único. Ante cualquier duda, te sugerimos que siempre consultes al pediatra.
Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp