Los padres, con su paciencia y perseverancia, ejercen un rol fundamental. El buen dormir es para muchas familias un lujo que hace tiempo han resignado, ya que a partir del primer año de vida, muchos bebés explicitan sus inquietudes o temores cuando deben irse a la cama. Richard Ferber , médico norteamericano especialista en trastornos del sueño, define el problema como: “Todo patrón de sueño que resulta insatisfactorio a padres, al niño o al médico”. Es decir, no todos los problemas son señales de trastornos funcionales. Muchas veces, sólo se trata de reacciones naturales a factores externos, como pueden ser una mudanza o cualquier otro elemento que escapa a la normal rutina del niño.
Los Trastornos del Sueño
Existen diferentes trastornos del sueño. El insomnio -la dificultad para iniciar y mantener el sueño- es muy común en esta etapa del bebé. Con la llegada de la noche, los berrinches pueden ser una forma de retrasar la hora de ir a la cama. En estos casos, la educación de hábitos correctos, a fuerza de repetición, puede cooperar. Otro trastorno común en la temprana infancia son las parasomnias o alteraciones en la calidad del sueño. Niños que despiertan sobresaltados de noche, envueltos en sudor y con la mirada perdida, víctimas de terrores nocturnos o pesadillas. Por otra parte, la hipersomnia o somnolencia excesiva, es la dificultad para mantenerse despierto. Puede generar trastornos en el aprendizaje debido a la consecuente falta de concentración, cambios de carácter y de humor y la necesidad imperante de siestas para recuperar energía. Por último, la enuresis nocturna es la emisión involuntaria de orina durante el sueño, pero generalmente se da en niños de más de cinco años de edad. "Las diferencias entre lo normal y lo anormal en los patrones del sueño se definen, la mayoría de las veces, según la edad y no según el conflicto”, explica la Sociedad Argentina de Pediatría .
¿Cómo es el sueño en los niños?
Un breve repaso sobre la evolución del sueño en los niños sirve para identificar disfunciones. Al nacer, los niños duermen de 16 a 18 horas por día. Durante los primeros tres meses, el adormecimiento se desenvuelve con facilidad y el sueño es sólo interrumpido por funciones vitales o estímulos externos. A medida que el bebé va creciendo, la cantidad de horas de sueño va disminuyendo y se van organizando los tiempos de vigilia y de descanso. A los 15 meses, muchos niños suprimen sin problemas el reposo después de la primera ingesta del día, pero es aconsejable que sigan respetando la siesta después del almuerzo hasta los cuatro años. Para la SAP el niño debe aprender a tener un ciclo de sueño de 24 horas y hacerle adquirir esta regularidad depende mucho de las rutinas que se implementen. Iniciar un sueño adecuado está relacionado con factores biológicos, pero los padres pueden tomar medidas para ayudar a su hijo a incorporar este hábito.
Sugerencias para que el bebé consolide el hábito de dormir:
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Aprender a observar las señales que indican que el bebé está realmente cansado (acostarlo antes o después de tiempo puede ser perjudicial).
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La hora de acostarse debe convertirse en una rutina, en un hábito. Esto puede fomentarse con la lectura de algún cuento o cantando una canción de cuna y acostando al bebé todos los días aproximadamente en el mismo horario.
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Controlar que durante el día las siestas no se prolonguen en exceso.
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Un baño antes de acostarse predispone a la relajación.
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Evitar juegos agitados antes de dormir.
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Asegurarse de que el niño esté limpio, con ropa cómoda, sin hambre ni sed antes de acostarlo.
La realidad es que muchos papás y mamás pasan muchas horas por día trabajando y tal vez por esto les cuesta más poner límites a la hora del sueño (tanto por cansancio propio como por ganas de compartir un momento más con su bebé). También hay familias que deciden ejercitar el colecho o cama familar compartida (en estos casos conviene preguntar al pediatra medidas de seguridad ya que no es lo mismo que duerman dos adultos en la cama a que la compartan con un bebé). Cada familia con su estilo podrá enseñarle a dormir a su bebé: un desafío más del crecimiento y la crianza.
Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp.