Embarazo

Temores del parto:

La episiotomía

La episiotomía

¿Realizar la episiotomía o evitarla? Tema controvertido desde hace unos años, para el cual todavía no existe una opinión única. ¿Cuándo es conveniente? Diferencias entre el primer y segundo embarazo.

La episiotomía

Llegó el momento; el bebé anuncia su inmediata llegada. Profesionales y marido se ponen en movimiento para acompañar a los protagonistas. La mamá, con una mezcla de alegría y dolor, llega a la sala de partos. Luego de las primeras contracciones, cuando  el canal vaginal se ensanchó lo suficiente y la cabeza del bebé está por aparecer, surge la gran pregunta: "Episiotomía, ¿sí o no?"

La episiotomía es un procedimiento quirúrgico por el cual, previa aplicación de anestesia local, se realiza un corte en el perineo, en el extremo inferior de la vagina, con el objetivo de agrandar el canal vaginal y evitar, de esta forma, posibles desgarramientos durante el parto.

La obstétrica María Juana Feo de Oliva opina: "En casi todos los casos de primerizas es conveniente realizarla para evitar desgarros, que si bien luego se suturarían, en el momento en que se producen causan dolor y posteriormente son molestos. Si se realiza la episiotomía en el momento adecuado, previa aplicación de anestesia, la evolución posterior será más llevadera. En el caso de madres que ya tienen un hijo, se espera la evolución del parto, ya que en general se trata de evitar la intervención. De todas maneras si hay peligro de desgarro, se realiza el corte".

Laura, madre de Belén, de tres meses, recuerda: "En el momento del parto, mientras Belén nacía, ni me acordé de la episiotomía. Seguramente me ayudó el hecho de que antes del parto ya habíamos hablado del tema con mi profesional. Me explicó en qué consistía todo y entre los dos decidimos que en ese momento, él evaluaría la necesidad o no de realizarla. Tuvo que hacerlo, pero con los cuidados correspondientes después de unos días y de algunas molestias, me recuperé por completo”. 

Contraria a la posición de episiotomía a priori, la doctora Miriam Stoppard, en su libro Concepción, embarazo y parto opina: "Es un procedimiento quirúrgico que se practica con demasiada frecuencia, a menudo innecesariamente. Los desgarros pueden evitarse, si la mujer deja de pujar en el momento de la expulsión de la cabeza y de esa manera permite que la cabeza salga gradualmente, en lugar de hacerlo en forma rápida. Si la cabeza sale rápidamente, en general, es inevitable el desgarramiento, de modo que es necesario efectuar una episiotomía cuando el perineo (piel) se encuentra en tensión". 

En casos de intervención, los días posteriores los puntos se sienten. Si el dolor y las molestias son muy intensos, a algunas madres les sirve usar un salvavidas inflable infantil para sentarse encima. Al formar un colchón de aire evita golpes o roces dolorosos. Esto permitirá que la madre pueda relajarse, amamantar y disfrutar de tener en sus brazos a su bebé.

La cicatrización –por la cual los puntos son absorbidos por el cuerpo–, por lo general se completa entre los veinte y los cuarenta días. Una vez que el profesional constata que la herida ha cicatrizado por completo, la paciente puede retomar su vida sexual sin ningún problema. Es aconsejable que las primeras relaciones no sean bruscas pues, anímicamente, la madre también necesita perder el miedo a posibles lastimaduras.

La episiotomía ocupa un lugar de privilegio entre los temores y dolores del parto, pero que con el tiempo desaparecen hasta de la memoria. Una muestra más de lo que una madre puede hacer por su hijo.

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