Llegó la hora. Alrededor de los 2 ó 3 años de un hijo, los papás suelen considerar que ya es momento de embarcarse en la búsqueda de otro. Con el embarazo en curso, los cambios de conducta de los chicos suelen ser claros indicadores de la presencia del hermanito por llegar. Regresiones en el proceso de maduración y berrinches sin motivo aparente son algunos de los síntomas que aparecen ante esta virtual "amenaza" que percibe él.
Para un chico, la llegada de un hermanito a la casa puede convertirse en un peligro de pérdida territorial. Teme que le quiten su espacio y, por ende, el amor que sus padres le tienen. El cambio le produce inseguridad que, combinada con ira, se traduce en celos. "La fantasía es que ahora habrá alguien más aparte de él y todavía no entiende si eso lo beneficiará o perjudicará. Que todo esto suceda es normal y no hay que intentar evitarlo", aconseja María Eugenia Siseles, psicóloga.
La especialista enumera una serie de actitudes comunes a la mayoría de los chicos, que sienten celos por la nueva persona que integrará la familia.
Estas son:
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Querer tomar el lugar del hermanito por nacer y ser ellos mismos los bebés. Con esta regresión normal, los chicos anhelan volver al estado en que se está más cerca que nunca de la mamá. Así, entre otros comportamientos, dejan de controlar esfínteres, adoptan un lenguaje más aniñado o piden volver a dormir en una cuna.
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Tener dificultades para conciliar el sueño o alteraciones en el ritmo de descanso.
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Perder el apetito por creer: " ahora interesa mi hermanito más que yo".
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Desafiar la autoridad de los padres a través de ataques de agresión e ira.
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Llorar sin motivo aparente, debido a un estado de hipersensibilidad.
Todas estas demostraciones están relacionadas con la necesidad de llamar la atención de los padres. A través de estos comportamientos, buscan confirmar que su mamá y su papá los seguirán teniendo en cuenta, sea por las malas o por las buenas.
Entonces, ¿cuál es la manera más indicada de lidiar con estas actitudes que desatan los celos? Es importante que los padres respondan con comprensión y sin censuras. Acompañar a los chicos en este momento tan difícil para ellos es fundamental. "La participación de todos los miembros de la familia en esta espera es de suma importancia. Incluir al chico es darle un lugar claro y definido que sólo él puede ocupar: el de ´hermano mayor´", explica la psicóloga.
Fernanda, mamá de Gaspar (4) y Valentina (1), cuenta que el embarazo y nacimiento de su hija fue una etapa muy difícil y conflictiva para su hijo mayor. Gaspar dejó de controlar esfínteres, algo que ya estaba superado. Se lo veía sumamente irritable, hasta que su mamá decidió preguntarle, sin rodeos, qué era exactamente lo que sentía. " Me contestó que él estaba triste porque quería volver a estar dentro de mi panza y que, además, tenía ganas de tomar la teta, como hacía Valentina", relata Fernanda. Con paciencia y dedicación, la mamá le explicó a Gaspar que lo entendía, pero que eso ya no era posible. Le remarcó que, a diferencia de su hermana, él era grande y podía compartir cosas con sus padres que ella todavía no podía. Le aclaró que ella valoraba mucho la relación que tenía con su hijo mayor y que siempre estaría con él para ayudarlo en lo que necesitara. A partir de esa charla, Gaspar cambió su comportamiento y dejó atrás su angustia.
A continuación, otros consejos para afrontar los celos del "hermano mayor" :
- Darle toda la información acerca del embarazo y el nacimiento que pueda ser procesada por un chico de 2 ó 3 años. Es importante, por ejemplo, no crear falsas ilusiones de que el nuevo hermanito será inmediatamente un compañero de juego, ya que cuando nazca el bebé, lo último que podrá hacer es jugar. Eso llevaría a una frustración innecesaria del hijo mayor.
- comunicación emocional , a través de gestos y palabras afectuosas que dejen en claro que el amor de los padres no se dividirá, sino que "como hay tanto amor" alcanzará para todos los hijos.
- Dedicar tiempo específico para el hermano mayor que no se vea invadido por el tema del inminente nacimiento. Conversar de lo que a él o ella le interesa y jugar a lo que ellos elijan son dos ejemplos de actividades que pueden resultar enriquecedoras.
- En lo posible, hacer un espacio especial para el hermano mayor, de manera que sienta la importancia de su individualidad.
- Estimularlo con algún juego que le permita experimentar cómo será tener al nuevo hermanito. Un muñeco con características de bebé, por ejemplo, permitirá que los chicos puedan practicar todo lo que harán en unos meses. Si ellos pueden brindar cuidados, al igual que sus padres, se sentirán más partícipes del proyecto familiar.
- Fomentar su vida social a través de encuentros y juegos con otros chicos de su misma edad.
Si se aborda el problema con paciencia, dedicación y respeto por lo que sienten los hermanos mayores, la llegada de un nuevo hijo resultará menos dificultosa y la familia, en su totalidad, podrá disfrutar de esta nueva etapa.