Motricidad gruesa: La inmovilidad es el menos natural de los estados. Es importante darle la oportunidad de que se mueva libremente en un espacio abierto, al aire libre. Las pelotas de todos los tamaños y los vehículos para empujarse con los pies son ideales. Todavía no domina los pedales del triciclo, pero igualmente le gusta subirse.
Persona social: Comienza a discernir emociones y muestra curiosidad por los estados de ánimo de las demás personas: ¿Por qué está triste ese señor? ¿Por qué está enojada mamá? Al mismo tiempo, su propio temperamento empieza a manifestarse claramente: puede ser tranquilo, aventurero, comunicativo, reflexivo… Es momento de respetar y fomentar su unicidad dentro de los límites propios del estilo de crianza familiar.
Comunicación: Nombra al menos cuatro imágenes en un libro. Para la hora de los cuentos se recomiendan los libros participativos –basados en juegos– y los informativos, que le enseñan los primeros antónimos (frío y calor, alto y bajo, etc.). También le encantan los cuentos con ritmo y rima, que le permiten jugar con el lenguaje.
Motricidad fina: Ya sabe desvestirse desde hace unos meses, pero ahora, además de tener las destrezas necesarias para hacerlo, le divierte y lo hace varias veces por día (para frecuente "horror materno", que trabaja así más que de costumbre).
Te recordamos que estos hitos del desarrollo son aproximados, ya que cada niño es único. Ante cualquier duda, te sugerimos que siempre consultes al pediatra.
Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp