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Pesadillas, cómo ayudarlos a vencer el miedo

Pesadillas, cómo ayudarlos a vencer el miedo

Se estima que el 45 por ciento de los chicos tiene sueños perturbadores durante la noche. Si bien es imposible evitarlos del todo, lo importante es ayudarlos a tranquilizarse y a discernir entre fantasía y realidad.

Pesadillas, cómo ayudarlos a vencer el miedo

Muchos padres creen que, cuando sus hijos cumplen 4 o 5 años, las noches en vela y el sueño interrumpido quedaron atrás. Sin embargo, aparece en este momento del desarrollo un nuevo trastorno del sueño que, según el médico experto Eduard Estivill, afecta al 45 por ciento de los chicos de esta edad: las pesadillas. 

Se trata de sueños que generan ansiedad y llevan a los chicos a despertarse con angustia y miedo. Suceden principalmente durante la segunda mitad de la noche. “Por lo general, los episodios están relacionados con algún fenómeno externo que ha causado inquietud en el pequeño. A medida que disminuye la ansiedad diurna, los episodios también decrecen en intensidad y frecuencia”, señala el especialista catalán, en su reconocido libro Duérmete, niño.  

Entre los 3 y 6 años, los chicos experimentan el pico de desarrollo de la imaginación, y son justamente esas fantasías las que los llevan a soñar con brujas, monstruos y otros personajes irreales que les provocan miedo. Si les leen un cuento que los impacta o ven una película tenebrosa antes de acostarse, es probable que las imágenes se “cuelen” en sus sueños y se conviertan en pesadillas.  

De la misma manera, un suceso traumático de su cotidianeidad -como obligarlos a comer algo que no les gusta, o ir al jardín de infantes contra su voluntad- también pueden generar sueños angustiantes. 

Muchas veces, las pesadillas se confunden con los terrores nocturnos, un trastorno del sueño que suele presentarse durante la primera mitad de la noche y que hace que el chico se siente bruscamente en la cama y empiece a gritar o llorar con desesperación, a pesar de estar profundamente dormido. Los terrores nocturnos duran entre 2 y 10 minutos, lapso en el cual es prácticamente imposible lograr despertar a quien los padece.  

Si un chico tiene pesadillas, en cambio, sí es importante intervenir y darle contención para ayudarlos a pasar el mal momento. Estivill advierte, sin embargo, que no es bueno llevarlo a la cama de los padres para que se tranquilicen porque se les estropea el hábito del sueño independiente. Siempre es mejor que el adulto se traslade a la cama del chico y lo ayude a recobrar la calma ahí. 

Otros consejos para manejar las pesadillas

  • Pedirle al chico que relate su sueño, sin presionarlo si no quiere. Reproducirlo en un estado consciente ayuda a procesarlo y distinguir la fantasía de la realidad. 
  • Explicarle que sólo se trata de un sueño. Si bien puede no ser de gran ayuda en ese momento, las palabras de los padres siempre resultan reconfortantes y, a la larga, la explicación también es una manera de que aprendan que los sueños no son reales. 
  • Si es necesario, los padres pueden mostrarle al chico que no hay monstruos ni fantasmas escondidos en el placard o detrás de la puerta. Ver que su cuarto está igual que siempre es tranquilizador.
  • Recordarle que su mamá y su papá están cuidándolo desde el otro cuarto y que nada va a suceder.

Lamentablemente, no existen técnicas para evitar las pesadillas por completo. Sin embargo, una rutina tranquila previa al sueño, así como un control de lo que los chicos miran en la televisión o ven en los cuentos son recursos que están al alcance de los padres para ayudarlos a pasar mejor la noche.

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