El melanocito es la célula que produce la melanina o pigmento de la piel, en ciertas ocasiones la producción de la misma puede verse aumentada. Así es que: pueden observarse muchas personas con diferentes tipos de manchas a lo largo de la vida, en especial la embarazada que en alto porcentaje observa en algún momento de su embarazo que se ha manchado y consulta con preocupación.
Existen diferentes factores predisponentes:
- Hormonales
- Exposición Solar y/o Cama Solar
- Genética
- Utilización de perfumes
- Cosmética fotosensible
- Medicamentos, etc.
Entre los factores hormonales se encuentra el embarazo, así como también ingesta de hormonas (ACO), aumento de estrógenos, aumento de progesterona, de prolactina, alteración de la glándula tiroides, entre otros.
Clínicamente puede decirse que: el melasma es una hiperpigmentación asintomática, más frecuente en la mujer que en el hombre, de localización facial con cierta simetría abarcando mejillas, dorso de nariz, frente, labio superior y mentón. En cuanto a las características de la mancha existen en todas las gradaciones, desde la forma moteada hasta verdaderas máscaras pigmentarias, el color oscila entre amarillento a pardo oscuro quedando respetados en general los párpados y áreas vecinas al cuero cabelludo.
Cualquiera sea su origen el melasma se inicia o acentúa durante los meses de verano siendo mucho más frecuente en zonas geográficas con intensidad solar y con mayor altura sobre el nivel del mar. Las personas morenas son las más afectadas.
En el embarazo por el aumento de estrógenos y de hormona melanocito estimulante se observa lo que se llama Melasma Gravídico, afección muy común. Aparece hacia el segundo mes de gestación y se acentúa progresivamente, puede verse también aumentada la pigmentación de los pezones de la línea abdominal y de la zona vulvar. Es frecuente observar que las manchas disminuyen terminado el embarazo.
De acuerdo a la localización del pigmento se clasifica en:
- Epidérmico
- Dérmico
- Mixto
- Indeterminado
Esto indica la profundidad del pigmento y el tratamiento a seguir.
Es una enfermedad de pronóstico favorable que en general responde bien al tratamiento médico. Es importante corregir la causa del mismo, obteniéndose mejores resultados cuando la localización del pigmento es superficial.
Existen diferentes tratamientos de los cuales solo algunos pueden realizarse durante el embarazo.
En principio la protección solar es indispensable y debe ser para UVA y UVB, a la que debe agregarse pantalla física y química como también el uso de ropa adecuada y sombrero. No hay una protección completa por eso debe recurrirse a todos los cuidados correspondientes: colocarse el protector un tiempo antes de exponerse, reponerlo cada 2 horas, ausentarse de los horarios no permitidos, y entender que cada piel tiene un límite para su bronceado lo que implica pensar en la salud de la misma.
Por otro lado existen medicaciones tópicas: ácido kójico, ácido acelaico, melawhite, ácido fítico, vitamina C, que pueden combinarse según el caso con exfoliaciones: alfa hidroxiácidos marinos, mandélico, microdermoabrasión con punta de diamante y Oxigénesis.
Es muy importante comprender que existen diferentes tratamientos adaptados para cada piel, edad, causa y origen de la afección, y que el mantenimiento y la prevención de la patología también lo son.
La reiteración de los embarazos, de fármaco fotosensibles y las continuas exposiciones al sol provocan recidivas.
Dra. Cristina Bosco - Medicina Estética