Después de los seis meses, y hasta alrededor del año, es normal que cualquier chiquito pase por períodos de inapetencia o de comidas irregulares. Los niños se alimentan para crecer de modo de adquirir la constitución física que heredaron de sus padres y para reponer las energías de su desgaste diario físico y mental. Ya pasó la etapa de gran crecimiento de los primeros meses, y con la incorporación de los nuevos alimentos, llegó la etapa de los berrinches o de la alimentación en forma irregular. Mientras su desarrollo sea normal y adecuado -lo controlará el pediatra-, no hay que preocuparse. Se desaconseja obligarlo a comer, ya que esto atenta contra las necesidades alimenticias del niño, se transgrede el cumplimiento de su herencia genética y más importante aún, se viola el sentimiento de la propia necesidad de comer, que es importante que el niño desarrolle. (Si la conducta de obligarlo a lograr determinados objetivos -que, en realidad, son preocupaciones maternas si su crecimiento objetivo es normal- también se extiende a otras áreas, puede tener como resultado un niño que no confía en sus sentimientos ni sensaciones, con la consecuente lesión de su autoestima).
Tal vez tu hijo ya sea capaz de jugar a la pelota -devolverla con la mano haciéndola rodar por el piso-, tome en taza y hable en media lengua.
Tu bebé cumple 11 meses.
Te recordamos que estos hitos del desarrollo son aproximados, ya que cada bebé es único. Ante cualquier duda, te sugerimos que siempre consultes al pediatra.
* El año tiene 52 semanas. El presente calendario se elaboró sobre la base de un año ficticio de 48 semanas -4 semanas por mes, totalizando los 12 meses del primer año del bebé- con el fin de organizar la información más relevante del mes de vida que esté atravesando el bebé. Asimismo, se respetó la división en meses del primer año de vida dado que todos los parámetros que miden el desarrollo y crecimiento del bebé toman en cuenta un criterio de meses, principalmente, en vez de semanas.