Muchos problemas prácticos de la vida cotidiana -antes de fácil resolución- ahora parecen más complicados. La mayor fatiga, la incapacidad para moverse rápidamente o levantar elementos pesados, o el requerir mayor ayuda para las tareas domésticas puede resultar agobiante para una mamá que atraviesa este trimestre. Hay que tratar de mantener la calma, pedir ayuda y tratar de tener lo más importante bajo control (tu embarazo, fundamentalmente). No es mala idea considerar desde ahora el procurarte mayor ayuda doméstica (si está dentro de tus posibilidades económicas) y así la persona contratada a tal efecto ya conoce tu casa y tus costumbres para cuando nazca el bebé. Quizás puedas pedir ayuda a amigos y familiares para no cansarte tanto con las tareas cotidianas.
Probablemente ya hayas hablado con tu obstetra de tus preferencias a la hora del parto y acerca del modo habitual en que él se maneja: si será con anestesia peridural o no, cómo va a ser el procedimiento si surge alguna complicación, en qué casos convendrá una operación cesárea, si el papá estará presente en el caso de que se realice una intervención no programada, etc. Te resultará útil llevar una lista con tus preguntas a la consulta para que no te quedes con dudas de ningún tipo.
Tal vez sientas dolor en la pelvis, debido al crecimiento uterino y al estiramiento de los ligamentos que sostienen al útero, y experimentes una mayor frecuencia en la necesidad de orinar.
Tu bebé ya tiene sus ojos abiertos dentro del útero. Su cuerpo mide aproximadamente 25 cms y pesa unos 950 gramos.
* Te recordamos que estos hitos del embarazo son aproximados, ya que cada embarazo es tan único y diferente como la mamá que lo vive, y como el bebé que va a tener. Ante cualquier duda, te sugerimos que siempre consultes a tu médico.