Ningún niño se va a malcriar por el amor de sus padres. Malcriar a un niño no es tomarlo mucho en brazos, estar mucho con él o cantarle muchas canciones. Malcriar (”criar mal”) es pegar, insultar, gritar, humillar... y también es no hacerle caso.
Una de las sensaciones más maravillosas de la maternidad es la de tener en nosotras mismas todo lo que el bebé necesita. Sin embargo, las madres que trabajan fuera de la casa, empiezan a sentir un desgarro aun mayor al dejar a su bebé justamente ahora que él / ella da muestras de sufrir muy especialmente esa separación. Lo que más nos alivia es saber que el llanto del bebé dura poco más de nuestra partida, porque a esa edad se distraen fácilmente.