Desde que comenzó a ingerir otros alimentos fuera de la leche materna o la leche de fórmula, el bebé ha ido incorporando otras comidas, como los cereales o el puré. En este momento, el objetivo es que el bebé adquiera la idea de los alimentos sólidos y facilitarle el pasaje de comer con el resto de la familia. La leche materna o la de fórmula todavía significan mucho en su dieta. Al llegar al año, sin embargo, los alimentos sólidos constituyen una significativa proporción de la nutrición del bebé, más del 50 por ciento. Y sus habilidades para alimentarse van creciendo acordes a esto. Naturalmente, en este período, ya es más fácil para el niño tragar la comida y tiene más dientes, lo que le permite masticar otras comidas.
Cada día aumentan sus habilidades para comer por sí mismo. A los nueve meses, probablemente el bebé está tratando de comer solo con una cuchara, aunque sin mucho éxito y llenándose de comida el babero y hasta la ropa. Terminando el décimo mes, sin embargo, ya puede llevar la cuchara a su boca. Los papás pueden ayudar al niño permitiéndole sostener la cuchara mientras lo alimentan. Para el bebé, la hora de comer es un momento más de ir mostrando pequeños logros.
Por eso, es importante que los padres lo dejen disfrutar de la comida y lo que la rodea, aunque su silla y el espacio alrededor quede “regado” de migas. El niño de esta edad tiene la habilidad de tomar cosas con los dedos, y en este caso, la aprovechará para empezar a comer solo.
Ahora es el momento de introducir una mayor variedad de comidas, como avena, fideos y legumbres. También se le pueden incluir en la dieta verduras cortadas, como batatas, o combinar alimentos, como por ejemplo, fideos con queso. Carnes blandas y pollo pueden formar parte de su dieta, pese a que todavía no tiene los molares. Una forma de dárselos es picados o molidos, o cortados en piezas muy pequeñas, pero siempre con el cuidado de que no se atore. A los bebés de esta edad, les encanta masticar con sus dientes cosas duras, pero hay que estar seguros de que podrá disolverlas fácilmente. Ejemplo de esto son los biscuits, las tostadas y las galletitas.
Michael Van Straten y Bárbara Griggs, en el libro “Comidas sanas para sus hijos”, elaboraron una lista de alimentos contraindicados para bebés y niños pequeños:
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Cafeína: Presente en el té y el café, libera estimulantes que pueden provocar malhumor e hiperactividad en los niños. Se recomienda no darle estas bebidas hasta los seis o siete años.
- Hamburguesas: En este caso, las compradas envasadas o las de las cadenas de comida rápida. Poseen un alto grado de grasas saturadas y aditivos químicos.
- Jugos concentrados y gaseosas: Tienen en común el sabor dulce. Y el azúcar no debe estar en la dieta de un bebé. Además, las gaseosas suelen tener cafeína en su composición. Los jugos concentrados tienen aditivos químicos.
- Azúcar: Es un hidrato de carbono que aporta calorías vacías y carece por completo de valor nutritivo.
Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp