Durante estos primeros años, los niños y las niñas se ven expuestos a múltiples situaciones de vulnerabilidad: morir por causas evitables, carecer de una adecuada alimentación o ser maltratado.
Según datos de la Encuesta de la Deuda Social de la Argentina para 2009, 3 de cada 10 niños/as menores de 5 años viven en hogares con condiciones de hacinamiento; 4 de cada 10 en hogares con problemas de saneamiento y 3 de cada 10 en barrios con problemas de contaminación ambiental; 6 de cada 10 pertenecen a hogares en los que el jefe/a de hogar se encuentra en una situación laboral inestable (empleos precarios, subempleos de subsistencia, desempleados o desalentados).
En general, estas situaciones de déficit en las condiciones de vida de la niñez suelen ser más visualizadas en tanto no solo comprometen el desarrollo de los niños y las niñas sino el sostenimiento de la vida misma. Sin embargo, cabe advertir sobre otros aspectos menos visibilizados pero importantes en la construcción de la identidad de los niños y las niñas y definitorios de su curso de vida futuro, como lo son las oportunidades de estimulación emocional, social e intelectual.
En efecto, en estos primeros años de vida adquieren especial importancia los vínculos primarios que los niños y las niñas establecen con los principales adultos de referencia. Es deseable que esos vínculos se construyan en el marco de estilos de crianza tolerantes y en las interacciones intensas, estables y cariñosas entre el niño/a y sus padres, y/o adultos de referencia alternativos.
Dichos vínculos tienen lugar en, por ejemplo, el amamantamiento, en las caricias, en los abrazos, en la palabra cotidiana, en los cuentos y en las canciones.Todos estímulos que adquieren un papel fundamental en el desarrollo emocional del niño/a, en el proceso de construcción de su identidad, y en el logro de un vínculo seguro con los adultos de referencia.
1. Estilos de crianza y oportunidades de socialización
La crianza consiste en la provisión por parte de los adultos de referencia del niño/a de una base segura a partir de la cual pueda realizar salidas al mundo exterior y regresar de ellas con la certeza de que será bien recibido, alimentado física y emocionalmente.
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2. Las estructuras familiares y los roles de cuidado
Las familias de los niños y las niñas Los niños son uno de los grupos poblacionales que mantienen un alto nivel de dependencia de los recursos familiares y de los referentes adultos. Por ello, este grupo es el que más fuertemente recibe los efectos de las múltiples transformaciones que se producen hoy en la familia.
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3. Clima de estimulación social y emocional
El festejo del cumpleaños es un indicador del “clima de estímulo social” que puede estar o no presente en la vida de niños y niñas. En este sentido, permite aproximarnos al contexto de oportunidades de los chicos en el desarrollo de su singularidad, identidad y autoestima en el contexto familiar.
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4. Conclusiones
Algunos de los indicadores aquí descritos permiten reconocer las profundas desigualdades sociales que experimentan los niños y las niñas en los procesos de crianza y socialización en una etapa vital, que se reconoce esencial en tanto sienta las bases del potencial desarrollo del niño/a y determina los itinerarios futuros.
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Fuente: Observatorio de la Maternidad
por: Agustín Salvia y Ianina Tuñón